
Obra de la pintora española surrealista, Remedios Varó.
No pude inventarme una llovizna
algo así como un barco de papel para
las madrugadas.
Tampoco aprendí a estrangular mis ganas
pues nunca encontré inhibiciones ni miedos
socavando la memoria del loco que se asoma
ante mis ojos.
Quizás pude apretarle el cuello a la esperanza,
pero siempre estuvieron los malditos deseos
ahuyentando la jauría que todos llevamos dentro.
Por favor, si tan sólo pudiera decirte lo
que nadie te ha dicho
y me siguieras mirando con cara de ángel sorprendida
sería suficiente para salir desnudo a la calle
y no quedar exhausto ante los dobleces y las máscaras
de aquellos que pondrían cara de cumpleaños
en fiestas de despedida.
Por favor, guarda tus oraciones y promesas
para cuando no olvidemos
a fin de cuentas, jamás podremos inventarnos una llovizna.
Juan Carlos Rivera Quintana.