
Obra del artista cubano, Ernesto García Peña.
"Somos la mitad de un dios
sacrificado entre piedra y ternura"
Intimo delirio, de Edgardo Gugliermetti.
Te creíste con inocencia la leyenda del bandoneón desafinado
en una esquina/ mortaja vulnerable atravesada en la boca de Dios
cual garganta desafiando la penumbra
que se persigna y enmudece para cambiar el rumbo.
De norte a sur viaja siempre la multitud que aguarda
concierto de presagios con olores a noticias tristes y a
muchedumbres flotando en medio del mar hondo,
naufragios de venas tibias con máscaras para la
hora de los simulacros / pretexto convertido
en piedra sumisa de tiempo oscuro allí donde no llegó la luz.
Oigo un chasquido de pies que vaticinan las fogatas/
sin banderas blancas no habrán más enfrentamientos/
un rey de bastos se transforma en tempestades que saben a palabras/
se respira desperdicios de puerto y los cañones comienzan
a derrumbar las fortalezas y los postigos vírgenes.
¿Buscaremos otros refugios?
Sobre la brisa mojada siempre quedará la tierra que no pude llevarme
mis juguetes abandonados y las esquelas que no leí por equivoco.
Mientras tanto, seguiremos frente al Río que muere de tedio
entre artículos amarillentos y señores que lanzan sus últimos suspiros
a la entrada de los puentes donde los ángeles custodian
la liturgia sagrada de la Anunciación del Nuevo Milenio.