
Obra del artista cubano Silvio Gaytón.
"(...)dando saltos pensando que de ese modo
esquivaría las charcas/
cansado ya de ver las mismas fotos (...)"
El saltamontes, de Juan Carlos Flores.
Estoy sentado aquí entre dos rostros con barcos que
no quieren mojarse en esta escasa noche que huele
a paisaje de campo, a chamusca desde la proa.
La belleza duerme agotada por una mancha en el cristal
del baño y quedó detenida el día anterior entre resfríos y dormitorios
con olor a destino errado, sueños irrealizables y almohadas húmedas.
Me cruzo contigo sin advertirte,
una emboscada desborda la alcantarilla de cenizas
y ya poco queda del patio de juego de la infancia
donde dos muchachos advenedizos corrían a bajarse los pantalones
y a deshacer clemencias entre caricias manchadas de rubor colegial
y cierto sòlo de saxo escondido entre la hierba con hedor de semen.
Bajo mis ropas quedaron aquellas exhalaciones que nunca pude quitar
arrojadas como ingratos destinos de codorniz envuelta en remolino de río.
Desde niño lo supe por la docilidad de esas sábanas
y aquel sombrero de paja tapándome la frente para que no viera demasiado.
Invocar no sería tan dramático si tan sólo pudiera volver a empezar
aunque más no fuera bajo otra tormenta brutal que joda el alma.
Y tu sigues pronunciando la palabra mística como si fuera un crucifijo
imprescindible para salvarnos.