
Obra de la serie "Los ritos del silencio", del cubano Agustín Bejarano.
No espantaré los zorros que me acechan en la noche,
Tampoco quedaré suspendido del péndulo de un reloj,
como a la espera...
Ya he pagado demasiado por esta ceguera que inundó
mis espaldas.
A pesar de todo, de riesgos y glorias estaremos repletos.
Sin otra imagen en los álbumes familiares,
No seré otro jinete en estas confusiones de vidas,
Al borde de un abismo que perdió todas sus barreras
Arder sobre el colchón no puede ser el triste oficio
que depare la vigilia,
si entre abismo y muro siento sólo un silencio cómplice
y muchas simulaciones isleñas.