
Obra del artista cubano Agustín Bejarano, serie "Los ritos del silencio".
No pude inventarme una llovizna
algo así como un barco de papel para
las madrugadas.
Tampoco aprendí a estrangular mis ganas
pues nunca encontré inhibiciones y miedos,
socavando la memoria del loco que se asoma
antes mis ojos.
Quizás pude apretarle el cuello a la esperanza,
pero siempre estuvieron los malditos deseos
ahuyentando la jauría que todos llevamos dentro.
Por favor, si tan sólo pudiera decirte lo que
nadie te ha dicho
y me siguieras mirando con cara de ángel sorprendida
sería suficiente para salir desnudo a la calle
y no queda exhausto ante los dobleces y las máscaras
de aquellos que pondrían cara de cumpleaños
en fiesta de despedida.
Por favor, guarda tus oraciones y promesas
para cuando olvidemos.....
A fin de cuentas jamás podremos inventarnos
una llovizna.
(Del libro Alquimia de fantasmas, del autor.
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