viernes, 30 de noviembre de 2007

Fotos familiares



Con mis cuatro libros de autoayuda, que se venden en los mercados ahora.

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Con Carlitos, en un cumple, en casa.

Perspectivas para pacientes con VIH-SIDA: "Un camino promisorio para inhibir la replicación viral".




Obra del fotógrafo cubano,Josè Manuel Fors.





La mortalidad por VIH-SIDA ha disminuido con las nuevas terapias antirretrovirales entre un 80 y un 90 por ciento, en dependencia de las zonas geográficas.

Por: Lic. Juan Carlos Rivera Quintana
Colaboración para la Revista Ahora, la Salud.


La Dra. Isabel Cassetti, médica infectóloga argentina, directora médica de la Fundación Helios Salud, vicedirectora FUNCEI (Fundación Centros de Estudios Infectológicos) y miembro de la Sociedad Internacional de VIH-SIDA, está pronta a partir para la 4th IAS Conferencia en Patogénesis, Tratamiento y Prevención VIH (IAS 2007), que se realizará del 22 al 25 de julio, en Sydney, Australia, donde se reunirán reportes de las últimas investigaciones en prevención, clínica y ciencias básicas sobre VIH-SIDA y se continuará haciendo énfasis en los más recientes avances científicos que pueden apoyar en la praxis la respuesta global a dicha pandemia, pero antes de su viaje conversó con nuestra publicación sobre un tema de actualidad noticiosa: las perspectivas que se abren para los pacientes con VIH-SIDA con los nuevas terapias antirretrovirales (HAART).
La experta comienza explicando que “en realidad, el advenimiento de los tratamientos antirretrovirales de alta eficacia (HAART) han producido un tremendo impacto, en términos de la disminución de la mortalidad de los pacientes con VIH-SIDA. Ese descenso de la mortalidad, dependiendo de los sitios y las series publicadas, es más del 80 al 90 por ciento y una mejoría de la calidad de vida, pues ahora los pacientes son menos asediados por las enfermedades oportunistas. Esto conllevó a que nosotros cuando hablamos de la historia del tratamiento estemos hablando de dos eras: la pre-HAART (antes del l996) y la era post- HAART (a partir del 97); este impacto que se traduce en la disminución de la mortalidad y mejoría de la calidad de vida ha llevado a la disminución de la frecuencia, también, de las enfermedades oportunistas (que engloban tanto a las infecciones oportunistas como a los tumores relacionados, por eso hablamos de enfermedades y no decimos solamente infecciones oportunistas). Esta cuestión de los tratamientos antirretrovirales (ARV) convirtieron a la infección por HIV-SIDA en una patología crónica, definitivamente”, apunta la Dra. Cassetti del otro lado de la línea telefónica.

Le comento que, en la actualidad, existen pacientes con 17-19 años de evolución y tratamiento de la enfermedad y me comenta que definitivamente es así, que ella los tiene con ese tiempo de evolución y más, de manera que son enfermos que afortunadamente pudieron sobrevivir para recibir los protocolos combinados de drogas.

“El tema del impacto es un aspecto importante – manifiesta nuestra interlocutora -, el otro es qué se busca con el tratamiento. Naturalmente que el paciente esté vital y viva bien es crucial, pero el objetivo desde el punto de vista de nuestra práctica es conseguir que el paciente suba el nivel de CD- 4 y baje su carga viral a niveles no detectables en plasma sanguíneo (la carga viral es la cantidad de virus en sangre, 50 copias es el umbral del método ultrasensible). De manera que queremos que nuestros pacientes tengan menos de 50 copias /ml, durante el mayor tiempo posible, por años.

“El otro objetivo es que suba el CD- 4, que lo medimos también por análisis de sangre, al igual que la carga viral, y es una expresión de la respuesta del sistema inmunológico. Entonces, cuanto mejor tenga nuestro paciente su CD- 4 mejor va a ser el pronóstico y cuanto más bajo sea el CD- 4 tendrá mayor susceptibilidad de tener enfermedades oportunistas. Si el CD- 4 baja a menos de 100, ahí estamos en riesgos de tener una enfermedad oportunista. Lo que hace el tratamiento entonces es subir el CD- 4 y bajar la carga viral. Estos son los efectos más destacados del tratamiento. Pero ha ocurrido que con el tiempo han aparecido problemas relacionados con el tratamiento ARV, como las adherencias, las resistencias farmacológicas, los problemas con las interacciones de drogas y los eventos adversos o toxicidades producidas por los fármacos.

“Cuando hablo de resistencias estoy refiriéndome a la disminución de la sensibilidad del virus a las drogas, es decir que el virus se hace resistente a las drogas y la consecuencia de ello es que los medicamentos no funcionan adecuadamente y nos vemos precisados a cambiar los esquemas de tratamientos.
Saliéndome un poco de esos cuatro grandes problemas del tratamiento ARV y yendo puntualmente a valorar de estos cuatro problemas cuáles son los más preocupantes le tendría que mencionar el problemas de la adherencia o sea en el cumplimiento del tratamiento y la otra gran dificultad o inconveniente es la resistencia”, apunta la infectòloga.

De batallas y nuevos tratamientos
-¿Cuando habla de los problemas de adherencias al tratamiento está incluyendo a aquellos pacientes que dejan por cuenta propia, de tomar la medicación?
Claro, incluyo también a esos pacientes y eso sucede por la complejidad de los tratamientos, por los efectos adversos, por la cantidad de pastillas que deben tomar los enfermos con VIH-SIDA, pero cada vez más estamos simplificando los tratamientos, de manera que ahora no es como hacía muchos años atrás que los enfermos debían tomar entre 15 y 20 pastillas diarias. Actualmente, estamos hablando de 3 a 4 pastillas y es más se están valorando, en la actualidad, hasta de una pastilla por día.

“El asunto, es que existen las resistencias primarias que son aquellas que aparecen en el virus, en la cepa del enfermo sin haber recibido tratamiento previamente o sea que se le detecta la enfermedad por primera vez, que recién se acaba de infectar y todavía no está recibiendo tratamiento. Quizás esa cepa del virus sea resistente porque es contagiada por otro paciente que ya tienen un virus muy resistente. Eso es un problema muy grande porque ya al haber resistencia primaria tenemos que iniciar un tratamiento un poco diferente para luchar contra un virus que será más resistente. Entonces de ahí la importancia de conocer los niveles de resistencia primaria en distintos países del mundo, porque no es lo mismo la cepa en África, que la de los enfermos en Sudamérica, que los de Asia.

“La resistencia secundaria es la que aparece durante el tratamiento, es decir que cuando un paciente comienza un tratamiento farmacológico existe una probabilidad alta de que su virus se vuelva resistente con el transcurso del tiempo. Entonces eso sucede por las características propias del virus, que muta, que tiene una enzima que comete errores cada vez que el virus se replica. Al replicarse el virus se torna defectivo y se puede hacer resistente por sí mismo, que es lo que la gente llama habitualmente como la capacidad del virus de mutar y hacerse resistente. A ello hay que sumar que muchas veces los pacientes con VIH-SIDA que toman y dejan las medicaciones y no lo hacen de manera regular le dan la posibilidad al virus de replicarse y es otro elemento que contribuye a la resistencia.

“De manera que son varias razones las que pueden contribuir a la aparición de la resistencia viral. Hoy tenemos que lidiar con el inconveniente de la resistencia y esto nos da lugar para hablar de cuáles son las nuevas líneas de tratamiento o nuevas drogas y porqué necesitamos drogas nuevas para tratar a los enfermos con VIH-SIDA. Esto ocurre, primero, porque existe la resistencia farmacológica, por ello se precisan drogas nuevas que tengan un diferente perfil de resistencia a los fármacos ya existente. Cuando hablamos de resistencia ya se conocen las mutaciones que son propias para cada droga o grupo de drogas. Entonces, se trata de tener drogas mejores, con mayores perfiles de resistencia que las anteriores, que sean capaces de funcionar ante virus resistente. También se precisan drogas nuevas por el tema de la adherencia, que se toleren mejor, que se den en menos cantidad (menos comprimidos por día),que tengan menos efectos adversos”, advierte la médica.

A hablar de las nuevas drogas apunta que “tenemos las que trabajan o funcionan inhibiendo la entrada del virus, es decir aquellas que impiden el ingreso del virus al linfocito, a la célula del ser humano. Entre ellas se encuentran los inhibidores de la fusión, donde se destaca el Enfuvirtide (T-20), aprobada por la Food and Drug Administration, de los Estados Unidos, (FDA) y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Medica, de Argentina (ANMAT). (Ver recuadro). Después existe otro grupo, que son los inhibidores de correceptores; esas drogas todavía no están aprobadas médicamente, pero la FDA pronto lo hará.

“Otro grupo son los inhibidores de la integrasa, que son drogas que están por llegar y validar el año próximo y también hay dos drogas nuevas, de un grupo ya existente, los inhibidores de la proteasa, donde se encuentran el Tipranavir y Darunavir, que a pesar de ser nuevas ya están a la venta en nuestro país”.

-¿Cómo vislumbra usted el panorama de los pacientes con VIH-SIDA mientras no aparezca la vacuna?
“Veo el futuro del tratamiento como algo muy promisorio porque en poco tiempo se ha avanzado mucho en el conocimiento de cómo funciona el virus y el impacto de las diferentes drogas que existen en el mercado para inhibir su replicación. El mundo entero está investigando en ese sentido para poder alcanzar la curación, que hoy todavía no la tenemos pero hacía ese camino va la ciencia. Creemos que en el tema de las drogas y las combinaciones de las drogas hemos hecho mucho más que en el desarrollo de la vacuna, que hasta ahora no ha podido ser lograda con efectividad. Sin embargo, si nos trasladamos al campo de la investigación de las drogas este conocimiento ha ido mucho más rápido. Por ello veo el futuro del tratamiento con optimismo y lo veo de manera promisoria.

“Los pacientes no deben perder de vista esto, en la medida en que podamos tener drogas más fáciles de tomar, con menos efectos adversos, que controlen más la replicación del virus, que tengan un perfil de resistencia diferente nos vamos a estar aproximando a lograr la curación. Mientras tanto, es muy importante que se recuerde que, en ausencia de una vacuna, la única herramienta eficaz que se tiene es la prevención, o sea prevenirnos del contagio con las formas que todos conocen. El contagio por la vía sexual (es el 80 por ciento de las nuevas infecciones por VIH-SIDA, en el mundo, se adquieren por vía sexual), entonces el uso consistente del preservativo a través del tiempo es un elemento que debemos tener muy presente en nuestra vida diaria”.

-En los últimos tiempos se ha instalado en el imaginario colectivo que los varones circuncidados tienen mucho menos posibilidad de infectarse y ello ha traído consigo que muchos no estén usando el preservativo porque se creen inmunes a la infección por VIH-SIDA.
“Esto es un gran error, los estudios indican que la circuncisión baja el riesgo de contagio en un 50 por ciento, pero no en un ciento por ciento y lo que se está viendo es si esta medida puede acompañar a otras en el mundo, pero todavía no es una norma, no es una regla, ni una recomendación universal, o sea baja la probabilidad de contagiarse la infección de esa persona circuncidada, pero nada más. A su vez esa persona circuncidada, si posee HIV-SIDA, puede contagiar a otros con mucha mayor facilidad”.

-Mucho se habla del proceso de feminización que está sufriendo la infección por VIH-SIDA, en el mundo. ¿Qué opina sobre esto?
“Ello es cierto, y se debe a que la vía principal de transmisión actualmente es la heterosexual, cuando empezó la epidemia, en muchos lugares, era la homosexual. Ahora las mayores cifras detectadas son de pacientes heterosexuales, y cada vez más en mujeres y esto es una preocupación porque estamos cada vez más preocupados con respecto a los niños, a los recién nacidos. En mi opinión el mayor impacto que produjo el tratamiento ARV fue la disminución de la transmisión de la madre embarazada al hijo; antes sin dar ninguna medicación la probabilidad de transmisión de la madre infectada al recién nacido era de 30 a 50 por ciento, dependiendo de los lugares en el mundo. Cuando aparece el fármaco AZT esa cifra baja al 8 por ciento y ahora con los tratamiento combinados con las terapias ARV (HAART) es menos del dos por ciento, eso si es un impacto importante, sin dudas”, concluye nuestra interlocutora.