miércoles, 24 de febrero de 2010











El gobierno cubano viola nuevamente los derechos humanos en Cuba

El preso político cubano, el albañil Orlando Zapata Tamayo, de 42 años, murió ayer o lo dejaron morir en un hospital de La Habana, tras 85 días en huelga de hambre, donde intentaba pedir que se le tratara como "prisionero de conciencia". Zapata Tamayo falleció en el hospital Amejeiras, a donde fue trasladado desde un centro médico para reclusos de la capital cubana tras un avanzado deterioro de su estado de salud.

La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) declaró que el deceso de Zapata Tamayo, "aparte de una tragedia para la familia, es una muy mala noticia para todo el movimiento cubano de derechos humanos y también para el Gobierno, porque esa muerte era evitable". Consideró que el fallecimiento de este disidente va a tener "graves consecuencias porque era un preso de conciencia adoptado por Amnistía Internacional (AI)".

El caso de Zapata Tamayo, formaba parte del grupo de 75 disidentes condenados en la primavera de 2003 con penas de hasta 28 años de cárcel. El disidente había sido trasladado de la cárcel de Camagüey, situada 533 kilómetros al este de la capital, a un hospital de reclusos de La Habana el 16 de febrero pasado debido a la gravedad de su estado de salud, pero el gobierno cubano no prestó la atención debida a los reclamos del preso polìtico y el suceso desendenò la muerte.


Hoy 24 de febrero de 2009, en la isla, varias decenas de opositores fueron detenidos por fuerzas de la Seguridad del Estado y la Policìa, para impedirles que asistan al velatorio del disidente, que se realizarà mañana 25 de febrero en Banes, provincia de Holguín, en la carretera Embarcadero, casa No 6. Raúl Castro dijo hipócritamente que "lamenta" la muerte del opositor y negò que existen torturas en la isla.

Por su parte, la madre del disidente, Reina Luisa Tamayo ha declarado que su hijo fue torturado, golpeado en varias oportunidades,que incluso lo tuvieron 18 dìas encerrado sin dejarlo tomar agua, en una oportunidad con la intencion de doblegarle el espìritu rebelde en la prisión. "Fue un asesinato premeditado, mi hijo ha sido torturado y ha sido objeto de mùltiples castigos y sufrimientos en las prisiones donde lo han tenido", ha confesado la madre de Zapata Tamayo.


La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) denunció la detención de al menos 20 personas, en medio de una "ola de represión" desatada por el Gobierno de Castro contra la disidencia que condenó la muerte de Zapata.

Los ataques contra los disidentes comenzaron poco después de que se conociera el fallecimiento de Zapata, según el presidente de la comisión, Elizardo Sánchez, quien indicó que las detenciones se produjeron en la zona este de la isla.

En el algunos casos han sido "cuasi detenciones" porque las fuerzas de seguridad han prohibido a los opositores salir de sus casas para asistir al velatorio.

Los opositores al Gobierno de los Castro han coincidido que la muerte de este preso de conciencia era "evitable" y han insistido en calificar este hecho como un "asesinato" que forma parte de la represión y constante "violación" a los Derechos Humanos en la isla.

Nuevos elementos informativos/ jueves 25 marzo

Opositores del gobierno se congregaron el miércoles 24 en la casa de la activista Laura Pollán en La Habana, en cuya fachada colocaron un crespón negro. Unas 30 personas se sentaron alrededor de una mesa en la que se instalaron velas blancas, fotos de Zapata y un libro de condolencias.


Por lo menos 20 activistas fueron sometidos a "arrestos", informó a la Agencia de Prensa, Elizardo Sánchez, uno de los críticos del gobierno y quien espera que estos sean temporales. A otros activistas de plano no se les permitió salir de sus casas el martes y miércoles, agregó.


"Estamos realizando un velatorio simbólico debido a que el cadáver se lo llevaron a Banes (en la provincia de Holguín). "Lo conocí en prisión, siempre fue un hombre decente y cooperativo que se llevaba bien con todos", dijo en casa de Pollán a la AP el disidente Carmelo Díaz, uno de los 75 opositores apresados durante una redada de 2003.


Condenadas a duras penas de prisión por recibir dinero u orientación de potencias extranjeras para destruir a la revolución, varias de estas 75 personas fueron posteriormente liberadas por razones de salud, como es el caso de Díaz.


Zapata fue también encarcelado en marzo del 2003 pero no entre los 75 y durante su estancia en la prisión se fueron agregando años a su condena.


"Esta muerte obedece a la arrogancia y la falta de capacidad de calcular las consecuencias del gobierno", comentó Sánchez.


Los restos mortales de Zapata fueron enviados a Holguín, a unos 900 kilómetros al sureste de la capital, en compañía de su madre Reina Tamayo. Varios disidentes como Martha Beatriz y Vladimiro Roca se trasladaron posteriormente al lugar.


Roca indicó a la AP por vía telefónica que el sepelio había comenzado en el poblado de Banes pasado el mediodía del miércoles, tras el arribo del cadáver.


"Esto aquí está muy tenso, la madre está muy mal y hay un gran operativo (de seguridad) desplegado", comentó Roca. Además se mostró contrariado por la declaración del presiente Castro: "Es un cinismo completo, ellos dejaron morir a Zapata Tamayo", agregó.


Juan Almeida García, un ex alto funcionario e hijo del comandante fallecido del mismo nombre, que recientemente expresó su oposición al gobierno cubano que no le permite la salida del país divulgó por correo electrónico un mensaje en el que criticó al gobierno por la muerte.

"Le pregunto presidente (Raúl Castro): ¿Esto a usted no le avergüenza? ¿Tendremos que llegar a esos extremos? ¿No cree usted mejor ceder, echar a un lado la soberbia para poder escuchar?", escribió Almeida.

"Le ruego, señor, le suplico que renuncie. Lárguese de este país. Usted no merece respeto", agregó.

El gobierno español "deploró" la muerte del disidente e indicó que en Cuba existe un "déficit de derechos humanos".


Zapata es el segundo en morir en prisión tras una huelga de hambre en 40 años, el primero fue Pedro Luis Boitel a comienzo de los 70.

Miguel Valdés Tamayo murió poco después de haber sido liberado en 2007. Fue condenado con el "Grupo de los 75", pero excarcelado debido a su delicado estado de salud.