lunes, 8 de octubre de 2007

Transplante hepático: “Lograr las cosas no alcanzadas”



Obra de la pintora surrealista española, Remedios Varó.

Se han realizado, en lo que va de año, (con cierre del 12 de noviembre) 197 injertos de hígado en nuestro país, de un total de 900 transplantes de corazón, pulmón, riñón, páncreas, intestino, block corazón/pulmòn, entre otros.

Por: Juan Carlos Rivera Quintana
De la Revista Ahora, la Salud


“Aprendí lo que es la recuperación y la maravilla de las cosas simples, ahora hay algo distinto en mí, tengo otra perspectiva de la vida, intento alentar a otros; se que es porque recibí un regalo de un dolor creador. Tengo un hijo de dos años y cada vez que lo miro siento que la cotidianidad es magnífica y enriquecedora; conlleva promesas de crecimiento porque la vida siempre sigue.

“Ahora con un transplante de hígado, que me devolvió la energía y el aliento, me dio mejor calidad y preparación existencial para seguir luchando. Ahora puedo terminar las cosas empezadas, lograr las aún no alcanzadas, quizás para emprender nuevas rutas no soñadas. Vivir a partir de un injerto de hígado me remite siempre a quien lo posibilitó. Esa decisión es un acto solidario, de amor, digno de admiración, es una ofrenda ejemplificadora; es por otra parte la triste verdad de decirle adiós a un ser amado, un acto de ofrecer y transformar una vida que se agota en otra que renace”.

Gabriela M dice estas palabras a borbotones, casi sin respirar, como si se le atragantara entre los labios y la lengua y se toca instintivamente la herida que tiene sobre el abdomen, que le recordará por siempre ese momento de renacimiento, que transcurrió durante casi diez horas en el quirófano en la Ciudad de Buenos Aires. Luego elogia a sus médicos, a las enfermeras, laboratoristas y camilleros; a la paciencia, fortaleza y ansiedad de su familia y sus ojos se nublan de alegría.

De transplantes y calidad de vida

Y es que Gabriela forma parte de los 197 pacientes transplantados de hígado, en el 2006, en Argentina (con cierre 12 de noviembre). Durante el año se realizaron en nuestro país 900 transplantes de hígado, corazón, pulmón, riñón, páncreas, intestino, block corazón/pulmòn, entre otros. Actualmente, hay unos 250 ó 350 enfermos en lista de espera para recibir un hígado que les prolongue y mejore su salud; sólo se satisface un 15 por ciento de la demanda nacional de transplantes porque s arrastra una larga lista de espera que hacen más angustiantes los problemas de salud de los enfermos, que necesitan un órgano para seguir viviendo.

Recientemente se conoció que las mujeres tienen una ventaja superior de sobrevivir a un transplante hepático que los hombres, según un estudio británico, realizado por investigadores del Hospital Queen Elizabeth, en Birmingham. El estudio, que incluyó a más de 2,700 pacientes, que recibieron un injerto de ese órgano (entre 1985-2003), demostró que las mujeres viven un promedio de 4,5 años más que los varones y que su esperanza de vida promedio, una vez sometida a la operación, es de 26 años, en comparación con 18 años para los hombres. También se reconoció que los pacientes que necesitaron ese procedimiento quirúrgico debido a una enfermedad hepática primaria tuvieron mayores y mejores supervivencias que los que recibieron transplantes por hepatitis C, cirrosis o cáncer.

Los injertos de hígado se han convertido en un procedimiento común en todo el mundo. Un paciente tiene indicación de transplante hepático cuando sufre de una insuficiencia hepática terminal e irreversible (pérdida gradual y progresiva de la capacidad de los riñones para excretar desechos y concentrar la orina). Como le ha dicho a nuestra publicación el Dr. Miguel Ángel Ceardullo, subjefe de la Unidad de Transplante Hepático del Hospital Italiano, ubicado en Buenos Aires, “generalmente, la indicación número uno en nuestro país y el mundo para casos de transplantes son las cirrosis por virus de la hepatitis C, hepatitis B y distintos tipos de enfermedades autoinmunes, como la cirrosis biliar primaria y otras causas de menor incidencia”.

El experto explica que cuando el paciente tiene su función hepática deteriorada y ya no se puede controlar médicamente, cosa que lo lleva a la disfunción hepática terminal, se plantea la posibilidad de un transplante de hígado, para lo cual hay que realizar una evaluación pre-intervención para determinar si está lo suficientemente enfermo como para necesitar un transplante y lo suficientemente bien como para tolerar un procedimiento de alta complejidad. “De manera tal que se hace una evaluación pre-transplante, que implica una cantidad de estudios y el enfermo está internado dos o tres días para determinar su capacidad de soportar un procedimiento esta naturaleza y para verificar si la indicación de esa cirugía esta bien planteada. Una vez que se decide el transplante se lo incluye en la lista de espera nacional, en el Centro Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI, organismo que dirige y norma la actividad de transplante en Argentina, responsable de toda la estrategia de extracción e implantación de los órganos y los tejidos del donante en el receptor), y va a aguardar su oportunidad de recibir un donante cadavérico o un donante vivo relacionado (pariente), de acuerdo con la gravedad de su enfermedad”, advierte nuestro interlocutor.
Al hacer un balance sobre el tema de los transplantes de órgano en nuestro país, el Dr. Ginés González García, ministro de Salud y Medio Ambiente de la Nación, ha declarado que “estamos muy contentos, es un éxito de los argentinos todo lo relacionado a la política de donación y trasplante de órganos. Hace tres años decidimos tomar esto como una política de Estado, como una política con la sociedad. El problema de las listas de espera y de las dificultades que había de todo tipo para cubrir una demanda creciente, podemos decir después de estos 3 años y sobre todo a partir de tener una Ley de Donante Presunto, que Argentina ha duplicado en un período muy corto, de sólo tres años, la cantidad de donantes por millón de habitantes. Este año (2006) vamos a estar un poco por encima de los 12 donantes por millón de habitantes. Eso es haber duplicado la potencialidad de los transplantes, eso es haber resuelto muchísimos problemas; no es sólo una tasa o un porcentaje, esto es haber resuelto muchas tragedias que estaban en lista de espera. Todavía tenemos una lista de espera grande pero tenemos un camino para resolverlas, y mejorarlas. Hoy ha cambiado mucho la cultura de la donación. Este es un tema complicado, que está en lo más profundo de la cultura, de las religiones, entonces, no es un asunto fácil. Pero la mentalidad de los argentinos ha cambiado mucho, de lo contrario no se podría haber duplicado la cantidad de donantes anuales. Ahora, yo creo que hay que seguir cambiándola y darse cuenta de que por mucho que haya política y dinero de Estado, si no hay un compromiso solidario de toda la sociedad para ser donante la situación no mejora”, ha observado el experto.
Sobre el particular, el Dr. Armando Mario Perichòn, nombrado recientemente presidente del INCUCAI, afirma que “lo que para nosotros fue muy importante de la procuración de órganos en nuestro país fue el Programa Federal de Procuración de Órganos, que nos permitió darnos cuenta, después de tantos años, prácticamente diez años de no poder crecer la procuración de órganos en Argentina, de que no solamente la podíamos aumentar, sino también organizar mejor y ese fue el mérito en realidad del Programa Federal. Ello nos permitió hoy tener más de cien coordinadores intrahospitalarios en distintos centros de salud de nuestro país, cuya función primordial es estar todo el día en el trabajo hospitalario, detectando los potenciales donantes y centralizadamente lo que se hace es un control de calidad de toda la detección, de todas las pérdidas o no de esos donantes, a través de distintos procesos informáticas. Por lo tanto, la prioridad de nuestra gestión es fortalecer eso, porque demostró a todos que funciona. De ahí que nuestra administración no viene a cambiar cosas por transformar, sino a perfeccionar y fortalecer las que ya existen, pues demostraron que podíamos crecer y nos dio confianza para poder hacerlo. En este proceso es crucial la alianza estratégica con la educación y hay que trabajar más en ese sentido. Digo alianza estratégica porque nos permitiría como sociedad, desde el punto de vista de la cultura, modificar pautas culturales; seguramente no en el corto plazo, sino en el mediano y el largo plazo. Y en la educación pienso que puede ser útil para resaltar valores en la sociedad que por ahí están medios pérdidas en estos momentos en nuestro país, como la solidaridad, el altruismo, el pensar en el otro, aunque a mí no me pase nada y esté bien”.

Potencialidad y optimización

En nuestro país, al hablar de transplante de hígado, los expertos siguen insistiendo en que la tarea fundamental todavía es expandir la cantidad de donantes cadavéricos porque ellos existen y lo que se precisa es mejorar y optimizar su utilización. Si actualmente se tiene un 12.1 de donantes por millón de habitantes, ya se puede hablar de que la potencialidad existe. Y aunque la Argentina es muy grande territorialmente, la distancias son enormes, las comunicaciones no son tan fáciles y los medios de transporte no son tan homogéneos en todas las regiones, factores todos que conspiran contra el proceso de la procuración y traslado en tiempo de los órganos para transplantes, con una mejor organización se puede avanzar mucho más. Como han expresado muchos cirujanos se trata de naturalizar el tema de la donación desde la infancia y entender que en el momento fatal, dicho procedimiento puede salvar otras vidas.

Por otra parte, toda cirugía de transplante conlleva sus riesgos que pueden ir desde reacciones a la anestesia, a los medicamentos, problemas de infección, hemorragias, etc. Los injertos de hígado traen consigo grandes riesgos, debido a que hay una mayor posibilidad de infección a causa de los medicamentos inmunosupresores, que se deben tomar para prevenir el rechazo al órgano injertado. De ahí que los pacientes que presenten enrojecimientos de la zona, drenajes, fiebre, edemas, mayor sensibilidad en el área, ictericia (exceso de pigmentación amarilla), diarreas, entre otros síntomas, son asistidos y seguidos médicamente pues pueden portar una infección.

Los transplantes de hígado consiguen salvar la vida de personas que, de otra manera, podrían morir. Aproximadamente el 75 por ciento de los pacientes sometidos a este procedimiento sobreviven tres años o más, después de la operación. Los hepatólogos siguen considerando que los problemas principales para este accionar quirúrgico son encontrar un órgano sano, el rechazo del órgano injertado, el consumo de fármacos inmunosupresores de por vida, los cuales debilitan la capacidad del cuerpo para luchar contra las infecciones, entre otras dificultades.

La recuperación, después de un transplante de hígado, tiene un promedio de 12 semanas y los expertos sugieren mover con frecuencia las piernas para reducir el riesgo de trombosis venosa profunda (afección en la que se presenta un coágulo sanguíneo en una vena profunda, que acompaña una arteria). De ahí que los transplantados deban reanudar tan pronto como sea posible, sus actividades normales, después de consultar con el médico.

Cuando indagamos con las autoridades competentes por las medidas que está tomando el INCUCAI con el fin de solucionar la escasez de órganos para realizar ese tratamiento médico complejo, que posibilita sustituir un órgano enfermo que ha dejado de funcionar por otro sano, el presidente de dicha entidad, Dr. Perichòn, reconoce que
“la insuficiencia de órganos para injertos es un problema mundial, no sólo de nuestro país. En todo el mundo escasean por dos motivos: el aumento espectacular de la sobrevida, que han tenido los transplantes, en los últimos 20 años. Ello ha hecho que sea una terapéutica ya tradicional para recuperar la insuficiencia orgánica, de cualquier órgano. La segunda es justamente el aumento de las indicaciones para transplantes, antes habían enfermedades con las cuales no se podía hacer más nada. Ahora podemos darle una respuesta, una indicación para transplante y el enfermo se recupera absolutamente a través de esa praxis. Ello ha acrecentado la falta de órganos en todo el mundo. Por lo tanto, las naciones van a tener que adoptar estrategias para poder hacerle frente a la escasez de órganos y tejidos en el mundo. Argentina, por lo que se puede ver, debe trabajar mucho más por poner en las agendas de los Ministros provinciales este tema. Nuestra Nación ha tomado un compromiso en ese sentido, desde hace varios años, a través del Programa Federal y por intermedio de muchas iniciativas nacionales, pero no todas las provincias, en igualdad de condiciones, han tomado este tema y lo han hecho prioridad en las agendas ministeriales de salud. Por lo tanto eso también tiene que ser un esfuerzo de todos, porque el sistema se nutre de lo que se procura en todo el país, no únicamente en Buenos Aires. Favorece, además, que la donación y transplante de órganos en Argentina pasó a tener una presencia como política de Estado y otro es el mejor ambiente, en general, que se vive en el país, pues eso genera confianza. La donación de órganos depende, en mucho, de la confianza y transparencia de los sistemas no solamente de procuración, sino de los sistemas generales de Gobierno”.



Algunos pormenores quirúrgicos

Un hígado sano se obtiene de un donante que haya muerto recientemente, pero que no haya sufrido lesión hepática o de un pariente que done una parte de su órgano. En este caso el donante vivo es desde ya una persona a la que se le infringe una injuria, se le toma parte de su hígado. Ello está en función de la cantidad de hígado que el médico precise para implantar en el receptor. Si el donante es pediátrico la injuria es mucho menor porque la cantidad de hígado que se necesita es poca, son dos segmentos pequeños del hígado del donante. Entonces, el post-operatorio es mucho más sencillo. En cambio, en el donante vivo relacionado adulto, donde el cirujano toma todo el hígado derecho, que es el 60 ó 70 por ciento del hígado, entonces se hace un poco más complejo, la morbilidad es mayor. Ese órgano tiene la capacidad de regeneración por sí mismo, pero hasta cierto punto. Por eso es que la indicación tiene que plantearse muy detalladamente y considerar cada caso en particular para poder evaluar los riesgos, tanto para el donante como para el receptor.
El órgano sano se transporta en una solución salina refrigerada, que lo conserva hasta por 8 horas, posibilitando, de este modo, realizar los exámenes necesarios para determinar la compatibilidad entre donante y receptor.
El hígado enfermo se extirpa a través de una incisión hecha en la parte superior del abdomen. El nuevo hígado se coloca en su lugar y se conecta a los vasos sanguíneos y los conductos biliares del paciente. Esta operación puede durar hasta 12 horas y requiere grandes volúmenes de transfusiones de sangre.

14 de Noviembre – Día Mundial de la Diabetes:“La diabetes sigue a la obesidad como la sombra al cuerpo”.



Obra de la pintora surrealista Remedios Varó.

Conversación con uno de los expertos argentinos en Nutrición y Endocrinología de pacientes diabéticos. El experto advierte que 1 persona muere a causa de la diabetes cada 10 segundos, en el mundo, y que actualmente cerca de 230 millones de personas conviven con diabetes, muchos ni lo saben que la padecen.

Por: Juan Carlos Rivera Quintana
Para la Revista Ahora, la Salud


El Dr. José Esteban Costa Gil, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Diabetes, en el período 2004-2005, doctor en Medicina, consultor en Nutrición y Endocrinología, docente de la Universidad de La Plata y con un postgrado de Nutrición en la Universidad Favaloro, se arrellana en la butaca de su consultorio, en la Ciudad de La Plata, e intenta crear un clima de cordialidad durante la conversación. Falta poco para el fin del año y por las amplias ventanas se cuelan los impasibles rayos de sol; el bochorno del verano se mitiga a medias. Tiene la mirada límpida, de hombre bueno, y una voz que más bien recuerda, por su cadencia, a la de un joven colegial.

Al comenzar el diálogo hace un diagnóstico acerca del estado de la diabetes en Argentina y nos recuerda que recientemente se acaba de celebrar el Día Mundial de la Diabetes (14 de noviembre), que hizo foco en el trabajo de las comunidades más desfavorecidas y las personas más vulnerables:

“Hace aproximadamente 2 años – acota el experto -se publicó que la prevalencia en la Argentina era de alrededor de siete por ciento; esto implica que cada 100 personas 7 tendrían diabetes. Aunque realmente estas cifras implican una visión general, hay que tener en cuenta las modificaciones entre centros urbanos y rurales, las posibilidades de diagnósticos, los tipos de diabetes y la edad.

“La diabetes aumenta fuertemente a medida que pasan los años; en la Ciudad de La Plata en un estudio que se efectuó hace un tiempo atrás pudimos determinar que alrededor del 56 por ciento de las personas está viviendo con la patología sin saber que la tiene. Predomina la diabetes tipo 2, que es aquella que puede ser tratada, en principio, con dieta, ejercicios, tabletas orales y que muchas de ellas finalmente necesitan insulina, pero de cada 10 diabetes, 8 ó 9 son del tipo 2 y ello está muy vinculado con la obesidad, que se sabe es epidémica. Siempre digo que la diabetes sigue a la obesidad como la sombra al cuerpo. Incluso los norteamericanos dicen que son epidemias mellizas y en mi opinión existiría una epidemia trilliza, que es obesidad, síndrome metabólico y diabetes”, advierte.


-¿Cuáles fueron los principales temas discutidos en el XV Congreso Argentino de Diabetes, que se celebró en Mendoza, entre los días 18 y 21 de noviembre pasado?
“El congreso tuvo dos partes: una que se llamó actividades precongresos, dirigida al equipo de salud, en general, particularmente a los médicos especializados en diabetes y otros integrantes del equipo de salud, como podólogos, profesores en educación física, licenciados en nutrición, farmacéuticos, etc.

“La actividad del congreso en sí misma intentó recrear, particularmente, los temas que, en general, resultan más atractivos y necesarios de actualizar. En este caso son muy variados, obviamente los aspectos del tratamiento son los que más interesan a los profesionales clínicos. Si bien también hubieron muchos trabajos dedicados a la investigación básica y filosóficamente en el evento se le dio mucha importancia a la presentación de trabajos de investigación por parte de los profesionales argentinos , tanto los de investigaciones básicas como clínicas.

“Para nosotros realmente la educación terapéutica ocupa un lugar muy destacado dentro de lo que se consideran medidas no farmacológicas (sin medicación) en el tratamiento de la diabetes. También al congreso lo ocuparon los temas de educación, como siempre se hace y se incluyeron temas como la calidad de atención y los costos.

“Uno de los elementos críticos en este momento en el tratamiento de la enfermedad es lo que se denomina la farmacoeconomìa. Ella pone al descubierto que los costos monetarios en diabetes van a aumentar de formar progresiva y de manera notable. Se progresa mucho en el tratamiento de la diabetes, afortunadamente la investigación es muy intensa en el campo de dicha patología, pero esto implica un encarecimiento significativo particularmente de los nuevos recursos para el tratamiento. Por supuesto, parecería que es más sencillo y barato el tratamiento de la diabetes que padecer complicaciones que traen costos directos o indirectos muy severos como invalidez (amputaciones en extremidades inferiores, cegueras), jubilaciones prematuras”.

-El lema central del pasado congreso era: “Por un futuro sin complicaciones”. ¿Realmente cree que se abre un futuro de estas características para el paciente diabético?

“Ese lema estaba referido, en primera instancia, a lo que se denomina prevención; en este caso sería prevención secundaria, ya que las personas con diabetes sufren, a partir de tener la glucosa elevada o no bien controlada, mayores posibilidades de padecer complicaciones que suelen ser severas e invalidantes algunas, obviamente costosa para la persona misma en su calidad de vida y cara para la salud pública, porque se pierden seres humanos en las edades más fructíferas de la vida. La diabetes es la primera causa de ceguera entre las personas en edad laboralmente activa”.

-¿Qué labores y desafíos institucionales tiene la SAD para los próximos años?

La SAD es particularmente prestigiosa porque ha marcado los aspectos científicos de la diabetología en la Argentina. Esta organización ha tenido científicos muy ilustres, como los doctores Bernardo Houssay y Luis Federico Leloir, que recibieron el Premio Nóbel por sus aportes en el campo de dicha especialidad. La SAD es una agrupación científica que reúne en general, el pensamiento y la forma de manejar la diabetes e intenta favorecer a las personas que viven con esta enfermedad a través de los lideres de opinión en nuestro país. Por ahora no se ocupa de forma directa de los pacientes, ya que hay entidades que si lo hacen y abarcan todos los aspectos. Ella solamente está integrada por los profesionales que tienen interés en las personas con diabetes y agrupa desde una trabajadora social hasta un investigador básico de los más encumbrados.

“Los mayores desafíos se ubican en los aspectos de educación e investigación. La educación tiene diferentes miradas desde la propia SAD. Por ello funciona una escuela, que se denomina Escuela de Graduados, en la que se forman médicos en la especialización en diabetes, de alrededor de 14 a 16 profesionales argentinos y latinoamericanos. También posee una escuela de enfermería, que anualmente realiza actividades dirigidas a ese personal del interior del país, de la capital y conurbano bonaerense, además se encarga de aspectos dirigidos a la educación del médico en general y del resto del equipo de salud. Tiene también un curso por Internet y realiza un congreso cada dos años, que es abierto, y una jornada, en el año intermedio, que está dirigida a todos los miembros de la Sociedad. Por lo que tiene un trabajo intensísimo.

“En sentido general, la diabetes es una afección extremadamente común y con una frecuencia creciente. Por ahora, aparentemente, no se puede detener la epidemia. Muchas personas tiene diabetes y no lo conocen, por tanto es imprescindible la detección; en esto juega un rol preponderante el conocimiento general sobre la patología, la difusión y por supuesto, la búsqueda de los enfermos por parte de los médicos generales, clínicos e internistas.

“Es importante diagnosticar tempranamente la afección, porque ella es evolutiva, progresa y empeora a medida que corre el tiempo si no es detectada. Por eso se hace vital reconocerla precozmente y tratarla para intentar que esa evolución se retarde o detenga. Siempre hay que intentar, como parte del tratamiento, lo que se denominan cambios en los estilos de vida. Ellos se traducen en una alimentación adecuada, una vida activa, con ejercicios sistemáticos y con controles, quienes los precisen, de los niveles de azúcar en sangre. Por supuesto el que fuma debe intentar fumar menos o abandonar ese dañino hábito y aquí entra la educación terapéutica.

“Los medicamentos, en general tienen buena accesibilidad, incluso existe una Ley de Protección al Diabético, que en ese sentido trata, con todas sus debilidades, de proteger o favorecer que los pacientes tengan, aunque sea, los recursos de tratamientos elementales para una mejor calidad de vida“, concluye nuestro interlocutor.


Signos de alarma

Una persona muere a causa de la diabetes cada 10 segundos, en el mundo. En la actualidad, cerca de 230 millones de personas conviven con diabetes, y se espera que esta cifra alcance los 350 millones en 20 años. Los efectos humanitarios, sociales y económicos son devastadores. Si bien todavía no puede curarse diabetes, es posible prevenirla: la mayor parte de los casos de tipo 2 son evitables. El avance de la epidemia puede ser revertido si los gobiernos comienzan a promover estrategias probadas de bajo costo que mejoren la dieta y fomenten un incremento del ejercicio físico y cambios en el estilo de vida. “No llevar a cabo ninguna acción es moralmente irresponsable y económicamente temerario”, indica un documento de la campaña Unidos por la Diabetes, que busca obtener una Resolución de la ONU sobre diabetes que reconozca la seriedad de la epidemia global de dicha enfermedad.
Desde el comienzo del milenio, la cantidad de personas con diabetes se ha duplicado. Pese a los evidentes signos de alarma, los gobernantes han sido muy lentos para actuar. La diabetes es hoy una epidemia global con devastadoras consecuencias humanitarias, sociales y económicas.

Linfomas no Hodgkin (LNH): Una ardua batalla para dar



Oleo de la pintora española Remedios Varó.

Mientras 267 tipos de cánceres, de los 270 existentes, han bajado su incidencia en nuestro país, hay tres que la aumentaron: el de pulmón, el melanoma de piel y los Linfomas no Hodgkin. Acá hacemos un acercamiento a este último.

Por: Juan Carlos Rivera Quintana
Para la Revista Ahora, la Salud


Recientemente, notas periodísticas llamaban la atención acerca de que en Argentina, aunque no existen estadísticas oficiales, a nivel nacional, que den cuenta del problema, los médicos han advertido que cada vez atienden en sus consultorios a más personas, menores de 45 años, afectadas por alguno de los 270 tipos de cánceres que existen.

Las razones de tal situación se explican porque, en la actualidad, existe una mejor capacidad de detección, pero también habría que buscar respuestas en el aire que se respira (la polución ambiental de las grandes ciudades y el smog); los factores genéticos predisponentes; la mayor peligrosidad de las radiaciones solares; el consumo de tabaco y la inadecuada dieta alimentaria. Los oncólogos llaman la atención de que los más cánceres más frecuentes son el melanoma de piel y el cáncer de pulmón, pero otros carcinomas también están aumentando su incidencia, entre los que se puede nombrar el linfoma no Hodgkin (LNH), un tipo de cáncer linfático muy común, cuya incidencia ha elevado sus cifras de aparición, desde la década del 70’, en un 80 por ciento, siendo la edad media de los pacientes con dicho mal en torno a los 60 años.

El Dr. Adrián Huñis, del Centro Oncológico de Buenos Aires, apuntó hace pocos días a una publicación nacional, que “el cáncer está en ascenso entre los jóvenes, a una tasa de aumento del 1 por ciento anual. Y, además, se trata de la segunda causa de fallecimiento en los menores de 45, luego de las muertes violentas”.

“Mientras todos los cánceres bajaron su incidencia – recalcó el experto - hubo tres que la aumentaron: el de pulmón, el melanoma y el linfoma no Hodgkin”. Y si bien resaltó que la mejora de los tratamientos “hace que hoy la tasa de supervivencia general para cualquier cáncer sea del 60%”, reconoció que los más jóvenes suelen tener peores pronósticos.

Las voces autorizadas se quejan de la falta de datos y registro de tumores en nuestro país y esa falta de información básica imposibilita que los ministerios de Salud nacional y provinciales puedan realizar campañas de detección precoz y responder con seriedad y eficiencia al problema. Aunque como le decía a nuestra revista, recientemente, la Dra. María Guadalupe Palliotta, clínica oncóloga, Jefa de Servicios de la Sección de Oncología Clínica del Hospital Italiano y vicepresidenta de la Asociación Argentina de Oncología Clínica “la fuerza demoledora de la palabra cáncer o tumoraciones malignas y sus connotaciones semánticas de sufrimiento, dolor y muertes ha comenzado a dejarse atrás. Hoy el 70 por ciento de los cánceres pueden prevenirse y controlarse, en tanto durante los últimos años ha cambiado mucho el pronóstico de esta enfermedad, pues aunque a veces causa la muerte, con mucha frecuencia se logra el control de la dolencia. Todo depende del estadío en que sea detectada.

Aún queda mucho por descubrir sobre las causas del crecimiento fuera de control de las células, explicación por la que se originan los cánceres. Muchas investigaciones apuntan a factores cancerígenos ambientales, a factores nutricionales, marcadores genéticos, hormonoterapia en mujeres de alto riesgo, entre otras, pero lo que todos los oncólogos clínicos coinciden en apuntar es la factibilidad de la prevención secundaria, es decir: el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado.

De linfas y ganglios

La Dra. Palliotta, acota, además, que “el cáncer no es tan mortal como lo fue el VIH-Sida en su momento, pero está asociado al sufrimiento, a tratamientos penosos y costosos físicamente para el paciente y eso hace que tenga un entorno gris, pero a veces no es tan así, ya se han logrado buenas tasas de recuperación con bajo nivel de agresividad, con la quimioterapia y la radioterapia. Pero aún hay mucho desconocimiento, en el entorno médico sobre dicha especialidad. En Argentina, hay 120 mil médicos, de los cuales 400 son oncólogos. También muchos prefieren no dedicarse a esta especialidad, pues requiere de muchos estudios y es poco rentable económicamente. El oncólogo clínico es un orquestador de conocimientos quirúrgicos, radioterápicos, quimioteràpicos, inmunológicos; son muchas áreas en las cuales hay que manejarlo todo. Hoy día para el paciente oncológico la mejor arma sigue siendo la cirugía, lo que cura es la cirugía; hay tumores que se curan con quimioterapias, y otros con radioterapias, cada uno tiene lo suyo, y se ha aprendido mucho a trabajar en equipo”.Cuando se habla del tema de la prevención nuestra interlocutora apunta que “lo primero que uno tiene que apuntar es al diagnóstico precoz, la prevención. El captar pacientes asintomáticos es una tarea del Estado con sus políticas, en cambio el diagnóstico precoz depende del individuo y del médico que ve al paciente”, apunta.

Por su parte, los linfomas no Hodgkin (LNH) son un grupo de síndromes del sistema linfático (formado por vasos y ganglios que transportan la linfa), ese líquido incoloro que contiene los glóbulos blancos, encargados de la defensa del organismo y de destruir a los sistemas agresores. Puede decirse que es un cáncer que se produce en ese sistema. Tan sólo en Estados Unidos que el quinto tipo de cáncer más frecuente, en el 2005, cuando se diagnosticaron 55.000 casos y se produjeron 26.000 muertes por esta causa.

Los especialistas apuntan que existen dos tipos de linfocitos. los B y los T. Los linfomas de células B son más frecuentes que los linfomas de células T. Estos dos tipos son responsables del 85 y el 15 por ciento, respectivamente, de todos los casos de LNH

Los LNH son tumores potencialmente curables del sistema linfático. Como existen muchas formas, es importante identificar qué linfoma es el que presenta la persona, para clasificarlo dentro de un grupo concreto y establecer el tratamiento específico a esa enfermedad.

Los ganglios linfáticos están localizados en distintas zonas del organismo, con forma de racimo de uvas, contienen la linfa y son el punto de llegada y de salida de los vasos linfáticos que recorren todo el cuerpo. Algunos ganglios se encuentran en zonas más superficiales que otros, como son los del cuello o los de las axilas. Los más superficiales pueden palparse, incluso observarse, cuando están inflamados. Pueden inflamarse cuando se produce una infección, pero también cuando existe un linfoma.

Hay muchos tipos diferentes de linfomas, y pueden agruparse en dos categorías: la enfermedad de Hodgkin (EH) y el linfoma no Hodgkin (LNH). La mayor diferencia entre ellos es el tipo de células que afectan. El linfoma es más fácil de tratar en sus primeras etapas, cuando el cáncer aún no se ha propagado más allá del sistema linfático. El linfoma más difícil de tratar es el que se propaga a la médula ósea o el que se desarrolla en el cerebro.

Las personas VIH positivas corren un riesgo levemente mayor de desarrollar LNH que las negativas. El LNH también puede progresar (empeorar) más rápido en las personas VIH positivas y puede ser más difícil de tratar. Varios estudios recientes revelaron que en la actualidad hay menos personas VIH positivas con diagnóstico de linfoma que en años anteriores, cuando aún no se disponía de una combinación de medicamentos anti-VIH. Por ejemplo, el riesgo de desarrollar uno de los tipos más serios de linfoma, el linfoma de cerebro [linfoma primario del sistema nervioso central (SNC)], disminuyó drásticamente en los últimos años. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con otros tipos de LNH.

Si bien aún se desconoce la causa del linfoma, muchos investigadores creen que las toxinas del medio ambiente (tales como los pesticidas) pueden causar este tipo de cáncer. Se comprobó que el virus de Epstein-Barr (VEB) está vinculado al desarrollo de linfomas, particularmente en las personas VIH positivas.
Al abordar los este tema la literatura apunta que, en algunas ocasiones, estos tumores pueden sentirse o verse debajo de la piel. Los tumores también pueden aparecer más internamente dentro del cuerpo, a veces dentro de un órgano (comúnmente en el intestino, la médula ósea, el cerebro, o el hígado). Se pueden presentar muchos síntomas, tales como agrandamiento del bazo, obstrucciones en el hígado, dolor en el recto, ritmo cardíaco irregular, problemas digestivos y sangrado interno. Con mucha frecuencia, el linfoma causa fiebre, pérdida de peso inexplicable y sudores nocturnos.
El linfoma de cerebro, llamado linfoma primario del sistema nervioso central (SNC), puede causar muchos síntomas, tales como problemas de concentración, parálisis que afecta un lado del cuerpo, pérdida del habla o de la capacidad para entender el lenguaje, confusión, pérdida repentina de la memoria y manía.
Diagnóstico e investigaciones experimentales
En primer lugar, los proveedores de atención médica deben analizar el origen de cada síntoma. Los análisis de sangre pueden ser útiles (por ejemplo, para medir los niveles de ácido úrico y de LDH), tanto como una resonancia magnética, una tomografía por emisión de positrones (TEP), una tomografía computada (TC) o un estudio con galio. Si se sospecha de un tumor, se debe realizar una biopsia. En una biopsia, se extrae una muestra del tumor mediante un procedimiento quirúrgico, y se envía a un laboratorio para su análisis. También son necesarias una biopsia de la médula ósea y una punción lumbar para determinar si el cáncer se propagó más allá del tumor. El tratamiento del linfoma depende de los resultados de estos análisis. La etapa en la que esté el linfoma es muy importante y puede ayudar a determinar el pronóstico y el curso del tratamiento, que puede incluir cirugía (para extirpar el tumor), quimioterapia y radiación (para destruir las células cancerígenas).
Las investigaciones científicas han producido información importante, mucha de la cual puede usarse para diseñar y probar nuevas terapias. Es probable que en el futuro las terapias nuevas se combinen entre sí, y con la quimioterapia y/o la radiación convencional, se pueda producir una respuesta más segura y eficaz. Los tratamientos experimentales en desarrollo incluyen inmunoterapia, anticuerpos monoclonales, transplantes de células progenitoras y hasta terapia genética (que busca reemplazar a los genes defectuosos, o introducir en el cuerpo células que lleven genes específicos de ingeniería, para restaurar el ciclo normal de reproducción, crecimiento y muerte celular).

Día Mundial de lucha contra el VIH-Sida: “La única solución es salir a buscar a los pacientes y hacerle llegar la terapia a quienes lo necesitan”.



Oleo de Remedios Varó, la pintora surrealista española.





El 75 por ciento de las personas infectadas, en el planeta, no recibe tratamiento. Por ello la urgente necesidad de universalizar el acceso a las drogas antirretrovirales, lo que significa que las mismas sean gratuitas y que los pacientes puedan llegar a ellas. “La apatía e inacción gubernamental de los líderes políticos mundiales para combatir ese flagelo es un crimen contra la humanidad”, coinciden en apuntar los especialistas.

Por: Juan Carlos Rivera Quintana
Para la Revista Ahora, la Salud.


La Asamblea General de las Naciones Unidas manifestó su profunda preocupación, en 1998, por el hecho de que el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) se había convertido en una pandemia de proporciones alarmantes. Para entonces, la OMS declara todos los 1 de diciembre como Día Mundial del SIDA. A fines de 2005, habían más de 41 millones de personas viviendo con el VIH/SIDA en el mundo; por ello su combate se ha transformado en uno de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, en el quehacer prioritario de los 191 Estados Miembros de dicha organización internacional. Es decir, que de acuerdo con las estadísticas aproximadamente hay 14. 000 nuevas infecciones diarias de VIH. De los adultos nuevos infectados, en el año 2005, el 50 por ciento son mujeres, por lo tanto la probabilidad de riesgo de infección por la enfermedad es semejante entre hombres y mujeres. La mayoría de los nuevos casos de la infección se detectaron en adultos jóvenes. Aproximadamente el 50 por ciento tienen entre 15 y 24 años de edad y más del 95 por ciento de esos casos fueron en países en desarrollo.

La campaña mundial contra dicho flagelo, (en el 2005 hubo unas 3 millones de muertes en todo el planeta convirtiéndose en la principal causa de fallecimiento en África y la cuarta a nivel mundial) , desde el 2005 hasta el 2010, ha escogido como lema central: “Detener el SIDA. Mantener la promesa”.

Se sabe que los buenos resultados en el control de la epidemia surgen en las naciones con una sólida voluntad política y donde participan amplios sectores ciudadanos. Por ello es responsabilidad de los Gobiernos nacionales diseñar, planificar, ejecutar y evaluar los programas para el desarrollo de sus propias respuestas integrales para el combate del VIH/SIDA. De ahí sus compromisos de aplicar estrategias, a nivel nacional, para hacerle frente al estigma, proporcionando la financiación posible para los tratamientos antirretrovirales, la protección de los derechos humanos y el fortalecimiento de las estructuras de atención, apoyo y tratamiento a las personas que viven con el VIH/SIDA.

Sobre el tema se pronunciaron algunos expertos en el 8vo Simposio Internacional Sida 2006, organizado por la Fundación Huésped, durante cuatro días (del 6 al 9 de septiembre pasado), en la Ciudad de Buenos Aires. En la reunión se analizaron los avances en la lucha contra dicha enfermedad, las nuevas estrategias de prevención, los desafíos actuales no resueltos en los tratamientos, las infecciones oportunistas en la era del HAART (Terapia Antirretroviral Altamente Activa), la prevención primaria y secundaria en grupos de riesgo, los trabajos de consejería, los escenarios prospectivos de la terapia, el laboratorio y la clínica, los microbicidas, la transmisión vertical madre-hijo, el testeo voluntario, las nuevas estrategias para pacientes en fallo, la nueva generación de médicos tratantes, las recientes farmacoterapia, entre otros temas.

Durante las sesiones plenarias, mesas redondas y simposio satélites, de actualización intensiva, donde se ofreció un panorama de la situación epidemiológica mundial, a 25 años del inicio de la epidemia, se discutieron, también, las novedades surgidas en la reciente XVI Conferencia Internacional de SIDA 2006, realizada, recientemente, en Toronto, Canadá y se presentaron nuevas drogas para combatir dicho mal. Entre los disertantes estuvieron el Dr. Pedro Cahn, presidente de la Fundación Huésped y de la Sociedad Internacional de Sida (IAS); el director del Centro for Excellence in HIV/AIDS, de la Columbia Británica, en Canadá, Profesor Julio Montaner, elegido presidente de la AIS para el próximo período 2006-2008; el Director del Centro del Programa para la Investigación en Sida, en Sudáfrica, Dr. Salim Abdool Karim; la Dra. Marta León Monzón, del National Institutes of Health (NIH, USA); Diego Miralles (Argentina/ Bélgica); Gastón Picchio (Argentina/ Bélgica); Rafael Campo (USA); Patricia Insúa (Argentina) y Pedro Chequer (director del programa ONUSIDA- Brasil), entre otros directivos y autoridades en el tema.

Hacer llegar la terapia a quien la precisa

Entre las conferencias más esperadas y concurridas del Simposio, durante la primera jornada, se encontraron las ofrecidas por el Dr. Julio Montaner, relacionada con los 10 años de la terapia HAART y la disertación del Dr. Pedro Cahn, donde se ofreció una valoración de la enfermedad en lo que va del año 2006. El Dr. Montaner, experto e investigador argentino-canadiense, radicado en Vancouver, enfatizó la necesidad de acercar los tratamientos antirretrovirales a la gente que los necesita, ya que no basta con que la terapia esté disponible. Al hablar de la experiencia que se realiza en Canadá, el médico manifestó que llevan adelante otro tipo de praxis para acercar aún más los tratamientos a los pacientes con VIH/SIDA. "Tenemos programas de ‘tratamiento diario observado’ en los que enfermeras y personal sanitario llevan la medicación a la casa del enfermo. Los resultados son excelentes, pero muy caros. Pero hay casos en los que si no, el paciente (drogadictos, personas sin dinero para comer o sin techo, con enfermedades mentales) no puede recibir la terapia. De ahí que ya no existen argumentos para que las políticas gubernamentales en la lucha contra el flagelo se agoten en ofrecer los medicamentos de forma gratuita, sino que también los haga llegar a quienes lo necesitan", advirtió.
Por su parte, el Dr. Cahn resaltó que en la Argentina “hay entre 30 y 35.000 personas en tratamiento antirretroviral de las 90.000 personas con VIH que deberían estar recibiendo tratamiento". A renglón seguido indagó ¿por qué sólo ese porcentaje accede al tratamiento cuando el Estado provee la medicación antirretroviral en forma gratuita? "Nuestro sistema de salud es de puertas abiertas. Es gratuito. Nadie te impide la entrada. Pero si no llegas, mala suerte. Hay un problema de ineficiencia del sistema que hace que sólo puedan acceder los que tienen dinero para pagarse el viaje al hospital, un trabajo flexible como para no perder el presentismo o que tengan con quién dejar a los hijos mientras van a la mañana al hospital”, acotó con pesar.
En la Argentina, las barreras de acceso no sólo se vuelven visibles en el reducido porcentaje de personas con VIH en tratamiento. Según estadísticas hospitalarias, hoy el 30% de los que reciben un diagnóstico positivo para el VIH se entera de que está infectado sólo al ser internado tras haber desarrollado el Sida. "La única solución es salir a buscar a los pacientes y hacerle llegar la terapia a quienes lo necesitan", subrayó el experto, quien detalló que actualmente la Fundación Huésped, que preside, lleva adelante experiencias comunitarias para la descentralización del diagnóstico del VIH/SIDA y contribuye a la creación de grupos de conserjería y proyectos de intervención focalizada, en comunidades vulnerables, que trabajan en la detección de los enfermos y realizan la contención necesaria pre y post-diagnóstico .
"Estamos trabajando en comunidades muy pobres de los municipios de La Matanza, Lanús, San Fernando, Florencio Varela, Moreno, Pte. Perón y Alte. Brown, en la Ciudad de Buenos Aires, y en las provincias de Mendoza, Salta, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, entre otras, donde capacitamos a miembros del equipo de salud del sector público y a voluntarios para promover el testeo de personas para VIH/SIDA y estamos logrando que aumente el número de personas con test realizados. Pero estas son sólo experiencias testigos. No se pueden sostener indefinidamente a través de las ONGs. Se estima que en la Argentina son realmente 150.000 los portadores del virus”, manifestó.
Años atrás, habían organismos, como el Banco Mundial, que sostenía la necesidad de invertir dinero en prevención y no en tratamiento –explicó el Dr. Cahn- pues posibilita “que se contagien menos personas y no hay que gastar tanto en tratamiento, decían entonces”. Sin embargo, un estudio realizado por el Dr. Montaner, publicado, recientemente, en la revista The Lancet, establece que no se puede pensar la prevención del VIH/SIDA aisladamente del tratamiento. A través de un modelo matemático, el investigador demostró que la misma terapia antirretroviral que evita que el paciente infectado desarrolle Sida y fallezca también es beneficiosa para la sociedad, ya que disminuye drásticamente el contagio del virus.
"Si [como define la investigación mencionada] por cada dólar que se invierte en tratamiento se ahorran dos dólares en infecciones, se desbaratan las excusas. No es que no hay dinero. Al ser beneficioso para el paciente, pero también altamente útil para la sociedad, crea una responsabilidad de parte del sistema de salud de que cada enfermo reciba su tratamiento. No tratar a los que lo necesitan es un crimen. La inacción del poder político a nivel global sobre la epidemia de VIH/SIDA configura un genocidio”, remató Montaner, quien además subrayó que a los médicos les resulta muy doloroso enfrentarse a la apatía de los gobiernos, a su inacción política en el tema. “Sabemos lo que hay que hacer, cómo hacerlo y hasta se tomó la decisión de hacerlo, pero esa disposición no se implementa. Si se logra la universalización del acceso a los tratamientos antirretrovirales, que es el objetivo de las Naciones Unidas para 2010, podríamos tener una caída del 50 por ciento en la cantidad de nuevas infecciones”, apuntó el Dr. Montaner. Hay que tener en cuenta que cada día hay 11 mil nuevos infectados y ocho mil muertes como consecuencia del VIH/SIDA.

¿Por qué se necesita una vacuna?

Durante el tercer día de sesiones se desarrolló una sesión plenaria, con la disertación de la Dra. Marta León Monzón, experta argentina, egresada de la UBA, que trabaja, desde algunos años, en el National Institutes of Health (NIH), de Estados Unidos, en la Oficina de Investigaciones para el VIH-Sida, institución que decide, dentro de los centros de salud norteamericanos, a dónde va el dinero para la investigación. La experta que se desempeña en el área de vacunas se refirió a la necesidad de encontrar una vacuna, preventiva o terapéutica, que posibilite un freno a la infección de dicho mal.

“Hace 23 años que estamos tratando de conseguir – dijo la experta argentina.- una vacuna para combatir el Sida, la enfermedad tiene 25 años. Entonces hemos aprendido muchísimo en todos los aspectos; no creo que haya una enfermedad en la cual se haya conocido tanto en tan poco tiempo”. Al indagar en los problemas que existen para conseguir una vacuna explicó que “el virus persiste en la persona; una vez que entró no se elimina. Hasta ahora no se ha podido entender cuáles de todos los mecanismos de inmunidad humana son los que protegería una vacuna, se han probado los más comunes, pero dan un resguardo muy pobre. No hay ningún caso de que una persona, por su propia inmunidad, sea capaz de eliminar el virus o crear los anticuerpos neutralizantes por si mismo”, explicó.

Al abordar los problemas, a nivel experimental, para la obtención de una vacuna eficaz enumeró la variabilidad del virus (su envoltura no produce anticuerpos neutralizantes) y, además, su poder de mutación. “Por ello se busca una nueva vacuna que propicie la aparición de anticuerpos neutralizantes. Hubo una que ya se hizo, fue probada y no sirvió. Tampoco se tiene un modelo animal apropiado, tenemos uno que es semejante, que usa el virus del mono. De ahí es que la vacuna se prueba en el virus del mono, pero hasta ahora los resultados son ilustrativos, pero nunca han garantizado que pueda ser efectiva en los seres humanos”.
Antes de concluir su comparecencia reveló que las vacunas se prueban en tres fases: la inicial con muy pocos voluntarios (seronegativos), en la que se prueba que sea segura, siempre se comienza con una dosis menor y se sube progresivamente, hasta la que se espera dé resultados; la segunda fase (que tiene dos pequeñas fases: la A y la B), en la que se busca alguna respuesta inmunológica de los vacunados y alguna protección y la tercera (una fase extremadamente costosa que precisa de muchos vacunados, entre 18 y 40 años, para poder validar el producto). La experta auguró que de acuerdo con las tres vacunas que se están experimentando (en diferentes fases), en la actualidad, se tendrán los primeros resultados, de factibilidad o no, en el 2009.

El foro hizo un llamado a cumplir con el acceso universal a las estrategias comprobadas de prevención, (como el uso de profilácticos o preservativos, que en algunas naciones falta o escasea, y el testeo voluntario), al tratamiento y atención al VIH- SIDA en la región latinoamericana y el mundo y corroboró que la falta de acción política de muchos estados frente al mortal virus es un genocidio que afecta a toda la humanidad y colocará a dicha pandemia en un lugar más ventajoso de propagación.

Sin dudas, la prevención (uso del condón o profilácticos, reducir las tasas de infección entre los grupos de alto riesgo; la promoción de comportamientos responsables; ejecutar programas de sensibilización en los lugares de trabajo, entre los migrantes y las poblaciones móviles y divulgar la información necesaria entre los jóvenes de ambos sexos para que se mantengan a salvo) sigue siendo el puntal de cualquier respuesta eficaz a la epidemia mundial. Las campañas de educación, asesoramiento y las pruebas voluntarias, los servicios de atención de salud para las personas en riesgo o que viven con el VIH y las campañas para contrarrestar el estigma mortal seguirán siendo las únicas salidas.

Dr. Pedro Cahn.

“El tiempo de cumplir es ahora”

Recién llegado de la XVI Conferencia Internacional de Sida 2006, efectuada en Toronto, Canadá, que contó con la participación de más de 21 mil delegados internacionales (la reunión más concurrida de la historia), y de cerrar su participación en el 8vo. Simposio Internacional de Sida 2006, celebrado en Buenos Aires, el Dr. Pedro Cahn, director de la Fundación Huésped (Organización no Gubernamental argentina, que desde 1989, trabaja intensamente en la lucha contra ese flagelo, no sólo como enfermedad biológica de transmisión entre las personas, sino como una importante problemática social que requiere de la existencia de un entorno comunitario adecuado), Jefe de Infectología del Hospital capitalino De. Juan Antonio Fernández y presidente de la Sociedad Internacional de Sida (IAS), responde el cuestionario (vía correo electrónico) de la Revista “Ahora, la Salud”, a pesar de su escaso tiempo libre y la extensa y ceñida agenda biomédica y científica que desarrolla.


¿Qué valoración hace sobre el XVI Conferencia Internacional de Sida, celebrada en Toronto? ¿A su juicio cuáles fueron los temas discutido allí que tendrán mayor repercusión en el mediano plazo a nivel mundial?

La calidad científica de la XVI Conferencia Internacional de Sida no tuvo precedentes en conferencias anteriores. Entre los temas más importantes se encuentra la promesa que representan las nuevas tecnologías de prevención. La investigación de microbicidas, por ejemplo, podría cambiar el curso de la epidemia al ser un método que puede ser controlado por la mujer. Por otro lado, se presentaron avances que involucran el uso de la terapia HAART como la profilaxis pre–exposición o el modelo presentado por el Dr. Julio Montaner, un modelo teórico que todavía no tiene implicancias prácticas, que podría reducir el número de personas infectadas de 40 millones a menos de un millón. Por último, se discutió la necesidad de contar con programas de reducción de daños así como también la investigación conjunta para elaborar una vacuna preventiva eficaz.

Por otra parte, este Congreso confirmó que la prevención y el tratamiento son dos caras de la misma moneda. Más que nunca los científicos del área biomédica y de las ciencias sociales tienen el desafío y la oportunidad de trabajar mano a mano con personas que viven con HIV/SIDA y las organizaciones comunitarias para alcanzar objetivos comunes.

Por último, la Conferencia dejó también en claro que todo el conocimiento, las investigaciones y las nuevas herramientas no serán eficaces sin el liderazgo político esencial para detener esta enfermedad.

-Usted planteó en las palabras de clausura en el congreso internacional: "No respaldaremos ningún tipo de lista de Schindler al aceptar que mientras aquellos que están incluidos salvan sus vidas, los demás quedan rezagados al sufrimiento y la muerte. Nuestros fracasos tienen consecuencias dramáticas. No podemos seguir aportando leña a la tragedia". Puede hacer una reflexión sobre el tema teniendo en cuenta el liderazgo político, que considera esencial para detener la enfermedad, junto al conocimiento y la prevención, las investigaciones y las nuevas herramientas.

Salvo el VIH, en la epidemia del SIDA todo es preexistente: el estigma y la discriminación, las diferentes formas de ejercer la sexualidad, el uso de drogas, el trabajo sexual, las diferencias de género, la pobreza…. A pesar de los esfuerzos de los científicos, los trabajadores de la salud, las personas que viven con VIH, los líderes de la sociedad civil, aun contando con vacuna y terapia antirretroviral, si no cambiamos las condiciones, la pregunta que debemos hacernos es ¿cuál será la próxima pandemia?

Como dijimos en ocasión del 8º Simposio Científico Internacional SIDA 2006, se acabaron las épocas de los bueno modales. Es necesario mantener la presión sobre los líderes del G8 para que cumplan su compromiso de lograr el acceso universal a la prevención, cuidado y tratamiento para el 2010. Para ponerlo en perspectiva, los U$S 22.000 millones anuales que se requieren para lograr ese objetivo, no es más que la suma que se fugó de la Argentina antes del famoso “corralito” y mucho menos de lo que se “invirtió” en armamentos en la guerra contra Irak.

-Usted manifestaba en la reunión de Toronto que tan importante como la respuesta al VIH-Sida es el compromiso con los derechos humanos de las poblaciones más vulnerables a la enfermedad y se quejaba de que aún no se puede ni nombrar a las comunidades más afectadas. Por otra parte, llamaba la atención acerca de la escasez de trabajadores de salud en los países en vías de desarrollo para hacerle frente a la pandemia, de los bajos salarios y las pésimas condiciones de bioseguridad con que trabajan. ¿Qué nos puede decir sobre ambos temas y cuáles son sus repercusiones y raíces a nivel sanitario?

¿Es posible hablar de derechos humanos cuando dos tercios de la población mundial viven con menos de 2 dólares diarios? Tan importante como la respuesta al HIV debería ser nuestro compromiso con los derechos humanos de las poblaciones más vulnerables al VIH/SIDA. La única manera de montar una respuesta efectiva a la problemática es comenzar por bregar por los derechos de los trabajadores sexuales, de los usuarios de drogas, de los hombres que tienen sexo con hombres y de otros grupos vulnerables que deben ser protegidos mediante las reformas legales y políticas apropiadas en cada país del mundo.

Por otro lado, muchos trabajadores de la salud se ven obligados a trabajar en condiciones difíciles: mal remunerados o en condiciones poco seguras. Por otro lado, a pesar del paso del tiempo y de los esfuerzos realizados en ese plano, el estigma y la discriminación siguen estando alrededor del VIH. Nuestra respuesta a la problemática deberá contemplar también el esfuerzo por asegurar entornos seguros de trabajo, el acceso al tratamiento y cuidado y una paga apropiada para las personas de las que dependemos para salvar vidas, prevenir infecciones y mejorar las vidas de las personas que viven con HIV.

-Mucho se habló en la conferencia de Toronto y el Simposio Internacional de Sida, celebrado en Buenos Aires, de la necesidad de que todas las personas, hoy día, conozcan su condición serològica pues existen muchos seres humanos que están enfermos con VIH-Sida y aún no lo saben porque hay un rechazo a la prueba, por todos los estigmas y discriminación que las personas con la enfermedad deben enfrentar, a nivel social. También se disertaba acerca de la necesidad de proteger la intimidad como única forma de instar a las personas a que se realicen el testeo voluntario (Consentimiento informado, Confidencialidad y asesoramiento o Consejería pre y postdiagnóstico, las 3C de la prueba del VIH). ¿Qué nos puede decir sobre el tema?

Conocer la condición serológica es fundamental porque, en el caso de ser positivo, uno puede acceder al tratamiento de manera temprana y mejorar su calidad de vida y al mismo tiempo detener la expansión de la epidemia. Y, en caso de ser negativo, tomar las medidas de prevención adecuadas. Sin embargo, es importante que el testeo se realice en el marco de consejerías que permitan no sólo informar, sino también contener el impacto del resultado.

- A su juicio en qué aspectos medulares se ha avanzado y en qué terrenos nos hemos quedado rezagados en todo lo relacionado con la búsqueda de una vacuna preventiva que brinde una protección duradera o de una terapéutica para tratar eficazmente a los enfermos de VIH-Sida. ¿Cómo anda el tema?

Los esfuerzos por encontrar una vacuna siguen vigentes y es necesario apoyarlos. Sin embargo, no hay en el corto plazo prevista ninguna vacuna que pueda pasar las fases de investigación y salir al mercado. Es por esto que algunas de las nuevas tecnologías de prevención, como las que mencionaba antes, se tornan fundamentales. Más aún, a las herramientas de prevención con las que contamos actualmente solo accede 1 de cada 5 que las necesitan. Esto demuestra que es importante avanzar en la investigación científica pero, fundamentalmente, convertir las estrategias en acción.