sábado, 19 de diciembre de 2009

Espasmódico baile, bautizado mar




Obra del artista cubano Cundo Bermúdez



“Pero soy esto, la mala roca que busca
erupcionar en las entrañas del poema,
parir su libertad, sin nombres,
como un islote escondido entre las olas”.

Abel González Facundo, “La isla de Virgilio”.


La masa de agua fosca y verde me devolvió su resaca
cierta rabia de naufragio justo en medio de la nada,
como un buque fantasma que junta cadáveres
y luego los devuelve a la orilla
para que sean enterrados en el limo putrefacto.
El mar se fue amontonando en mi espalda, en mis costillas/
entre los confines de mis piernas, por tanto peregrinar
amputado a hachazos, a punta de cuchillo/ por tanto camino salobre
y espasmódico entre tablas salvavidas que desaparecen tragadas
por esa porción de líquido difuso al que todos vuelven en rito/
(recordar que sólo el culpable regresa dos veces a la escena del crimen)
para agradecer al silencio que le da fuerzas, que lo alienta a seguir
o perderse entre la multitud de la gran ciudad donde nadie repara en nadie.
En definitiva, ese es el sino de los que rompen sus naves,
partir para retornar a un muelle equivocado/
intentar reconstruir su existencia para terminar siendo ni de aquí ni de allá.
Yo también heredé una gabarra, un pedazo de barcaza
para cambiar el cuadrante difuminado a fuego, pero nunca reparé
en la isla adónde nacía, ni en la inexistencia de un camino de ripio para la estampida donde esconder los infortunios que bucean algún antídoto justo cuando cae la tarde (y todo se inmoviliza).
Entonces salgo a la proa y siento la caricia salobre y obstinada
esa música atávica del ir y venir que todo lo disipa, engulle y corroe/
lanzo mi velamen sobre las cabezas y desato los cabos
para franquear una salida del puerto, observo las bollas y tuerzo el rumbo,
puras veleidades intelectuales de ciudadano que olvidó su lugar
y ahora intenta habitar otros dominios, aunque sólo sea pura ilusión
trasnochada de alguna pesadilla no contada a su psicoanalista.
Escapo, huyo, me sumerjo, pero apenas es una alucinación
como recordar cementerios, epitafios y piedras sobre bóvedas que nunca puse
antiguas pesadillas para cuando ya no quede ni mar, ni barcaza, ni bollas y el muelle se haya esfumado en la neblina del tiempo.

21 de octubre, sin sextantes ni brújulas.



Adele es una impecable artista londinense que poco a poco fue adquiriendo popularidad en el mundo de la música por sus exquisitos y delicados trabajos.En la actualidad su fama y su desempeño interpretativo le ha hecho ganar dos Premios Grammy, y una notoria cantidad de fans. Su primer sencillo fue publicado en octubre de 2007 en un vinilo de edición limitada, y al poco tiempo de ser lanzado, su música tuvo un gran impacto en todos los adeptos de este género, impulsando a Adele al estrellato. El punto fuerte de esta cantante es su delicada voz, un decir bien particular, con mucho de jazz y de cancionera intimista, casi de piano bar, que deja una gran marca de pasión en cada uno de sus temas. Estudio música en la escuela de artes BRIT School (mismo complejo donde estudiaron artistas como Katie Melua, Leona Lewis, Kate Nash y Amy Winehouse).