martes, 22 de enero de 2008

Fotos familiares




Foto que tomó Carlitos en casa, enero 23-2008.

lunes, 14 de enero de 2008

Desarraigo





Obra del pintor cubano, Servando Cabrera Moreno.






Cuando se suicidan los amigos,
quiebran sus huesos contra los vidrios del pavimento,
siento la nostalgia del viajero asomado al patio ajeno.
Confieso mis tristezas ante quienes se marchan sin rumbo
y rompen sus poemas tras los muros,
pretenden lanzar el gemido de los cuervos,
ave ahogada en la soledad del nido,
y sólo alcanzan a levantar los ojos desde el fondo del pozo.
Hoy cuando desaparecen los amigos,
comprendo el porqué muchos conocemos el dolor de los
muertos y los jardines sin bancos de espera.
¿Será que los amigos no llegan únicamente para
cobrar apuestas mal ganadas y recuperar discos
olvidados en sitios comunes?

Triste oficio





"Guajiro", obra del pintor cubano Servando Cabrera Moreno.






No espantaré los zorros que me acechan en la noche,
Tampoco quedaré suspendido del péndulo de un reloj,
Ya he pagado demasiado por esta ceguera que corroe
mis espaldas.
A pesar de todo, de riesgos y glorias estaremos repletos.
Sin otra imagen en los álbumes familiares,
No seré otro jinete en estas confusiones de vidas,
Al borde de un abismo que perdió todas sus barreras
Arder sobre un colchón tibio no puede ser el triste
oficio que depare la vigilia,
si entre abismo y muro siento sólo un silencio cómplice.

jueves, 10 de enero de 2008

El arca de Noé



Obra del pintor cubano, Servando Cabrera Moreno.





Es cierto: “el derecho a ser héroes se conquista”
Slogan revolucionario


Hemos perdido la tierra desde que comenzó el diluvio,
en esta diminuta arca sólo se escucha el ronquido
de ratas y palomas,
feliz destinos para las aguas feroces
que terminarán inundándolo todo con la procacidad
de buscar un nuevo orden.
Sostuve la centella azul con mis dientes,
pero nunca me fue entregada la llave para llegar
a paraíso firme. Anduve, caí, adopté la risa del pez
con la llama y su eterno crepitar de lentejuelas
circulando muy cerca de las alas del diablo,
sólo que el mar borró, una vez más, mis huellas
sobre la arena.
Gocé de las pesadillas en la oscuridad del foso
imaginando recalar en una ribera sin la memoria
de otra partida.
Alguien torció la cuerda en medio de la tempestad
y algunos corazones frágiles escucharon el tañer
del arpa con sonrisas de vencidos a la deriva.
Nuestra suerte esta escrita: somos un amasijo
de bestias y ángeles con una costumbre enfermiza
para las tristezas y los perdones.
Sólo que unos pocos siguen buscando un puerto seguro
donde recostar su espalda o una playa desierta
sin arenas movedizas.
Mientras, yo escribo e imagino bienvenidas
en este río rojizo a donde no llegará el arca
con su angustiosa manía de no alcanzar el horizonte.

Buenos Aires, 9 de julio 2005.

Equilibrista





Obra del pintor cubano, Servando Cabrera Moreno.




El rincón del camino se hace piel
en las pupilas del payaso,
quien aprendió a sentir un profundo rencor
por cada aplauso inmerecido de la carpa,
pero continúa durmiendo con los ojos abiertos,
por temor al rechazo público.
Ese rincón se transforma en abrigo
sobre las espaldas del mago,
olvida sus últimos trucos frente a las luces
y anuncia conejos por palomas negras
sin ruborizarse ante al mentira "inocente".
Una varita mágica puede hacerse muro impenetrable
ante los ojos del domador,
perdió la cabeza por impaciente y aún sus leones
le ayudan a buscarla...
¿Fraternidad en la desgracia?
El rincón se hace caminos en las manos y los pies
del equilibrista
quien no teme a los saltos mortales sin mallas salvavidas
y siente lástima por los que rinden culto a la rutina
como si la vida fuera caminar perennemente por una
cuerda floja.

jueves, 3 de enero de 2008

Dibujo inconcluso







Obra del pintor cubano Roberto Fabelo.












El pintor es un gran pez
castigado por la orgía del destino,
que jugó demasiado a subir las escaleras
y cayó al vacío.
Al amanecer fuimos a buscar las huellas
dejadas entre los labios de un ciprés,
sólo encontramos el hollín de sus zapatos
y un dibujo inconcluso con olor a orgasmos
y ternuras rotas.
El pintor bordeó las ruinas de un castillo,
torció su rumbo de álamos y plazas.
Le esperaba aquel amanecer con su carga de
juguetes rotos,
pero ya todo le era sospechosamente viejo,
había bebido sus sueños más calientes en el
borde de una almohada húmeda.

Centauro






Obra del pintor argentino, Carlos Tessarolo.









En algún escondrijo de mi cuerpo hay un centauro,
todopoderoso escudriña mis deseos y duerme la
siesta de la luna,
recordando precipicios que nunca alcanza a iluminar.
Arrojo vicarias entre sus restos condenados al
bostezo de un cementerio sin epitafios ni flores,
repletos de niños que compraron la risa por docena,
en un circo de un barrio sin nombre.
Intento sembrarle una hoja de paciencia
entre las sienes pero no acostumbra a escuchar
consejos.
Me gusta hacerle ceremonias pues yo si creo en las
alianzas y en los hombres con rostros de centauro.
Por ahora, se resiste a reconocer aniversarios
y evade despedidas.
La credulidad le puede consumir el estòmago,
pero no aprende a sobrevivir en mi galaxia.
En algún abismo de esta carne hay un centauro,
cierto día se asomará al pozo... entonces
recuperaré mis huesos.

Ya nadie quiere...







Obra del pintor argentino, Carlos Tessarolo.








Juguemos a llamarnos Caín y Abel y a esparcir manzanas
y serpientes por las puertas del paraíso, que ya sufre
el efecto invernadero, pues también hipotecó en la
subaste del infierno su capa de ozono. Juguemos a rezar
un Padrenuestro con un Yesterday de fondo, que
a fuerza de no ser himno se convierta en oración para
desesperados e incrédulos. Juguemos a la transmutaciones
de espacios pues me gustaría vivir en otro barrio con un
nombre menos simple que La Lisa y grandes avenidas sin
aguas estancadas. Juguemos a las escapatorias de las
puertas cerradas y el insomnio, aunque ya nadie quiera
llamarse Caín y los Abeles tengan cara de aburrimiento y
complejo de piratas y castigadores.

Amistad II






Obra del pintor argentino, Carlos Tessarolo.





Tengo espinas en las manos para recoger los despercios/de los
amigos que se alejan,/sabrán ellos que el mar es, también, un
pedazo ambivalente de mapa cartográfico/donde se localizan
desventuras y duermen mariposas sin aliento./La tabla salvadora
casi siempre es un naufragio que se arriesga/y un pedazo de ventana
por donde se asoman dos cuerpos carcomidos/En el muelle sólo
quedarán las olas, esa interminable oscuridas que un día compartimos/
cuando inventábamos sombras para nuestros árboles,/ y raíces que
nunca rompieron entre piedras./No hay derecho a tanta lanza/
si el hombre es mucha amasijo de deseos y ángeles caídos/
y su voz dulce alarido ante el abismo./No hay derecho a la estocada
final/no hay amigos infinitos,/no hay naufragios,/no hay ofrendas,(
no hay intentos.

Amistad I








Obra del pintor argentino Carlos Tessarolo.








Qué ofreciste a los otros cuerpos desnudos/saturados
por el silencioso triunfo del anonimato,/cuando pretendías
salvar a los seres humanos/de las garras suicidas del tedio y la mansedumbre./Cuántas palabras volaron por las ventanas
en los instantes en que sólo las constelaciones y
las ecuaciones del viento te auguraban el riesgo de
preguntas sin respuestas./No es una sábana tibia lo
que exploras en las madrugadas,/ni el éxito efímero
de la amistad a pruebas de traiciones,/buscas el discreto encanto
de los sonidos vírgenes,/y las transparencias humanas
de cada encuentro./Más allá de tus conceptos y barricadas
este cántico-homenaje tiende sus corceles al fuego, /
alerta ante los nuevos derroteros de las costumbres
de moda,/y la inmadurez de tu almanaque que se
resiste a las experiencias de la vida.