Juan Carlos Rivera Quintana nació en una isla - en Cuba - y un buen día decidió salir de ella a mirar el mundo y buscar otros aires. Él quería alcanzar otros horizontes más personales e intelectuales y decidió construir su propia casa - su islaenpeso - y desde ahí presentar sus inquietudes periodísticas y literarias, sus crónicas de viajes, obsesiones y nostalgias. Acá, en esta geografía, sin mar cercano que lo aleje, se siente totalmente libre.
sábado, 23 de febrero de 2008
Complejo de culpas
Obra de la artista cubana, Sandra Ramos.
La gente está perdiendo razones
se esconde en las almohadas y los rincones
de las maletas,
pues juega a no aparecer hasta el Día de los Fieles Difuntos.
La gente ya no canta como antes el Ave María,
ni sale a la calle a mirar el sol sin espejuelos,
la retina se ha convertido en un artículo
de primerísima necesidad,
en este planeta ya sin petróleo ni mariposas.
Desde que se inventaron los asteroides
ya no amamos las 24 horas
hasta el amor empalaga y enferma el estómago
con peligro de muerte.
Todo hace suponer que para las próximas Navidades,
dejaremos los remordimientos pegados a los almanaques;
saldremos a la calle en el segundo tren, que en esa ocasión
llegará en tiempo,
a imaginar paraísos y viejos amigos,
los mejores antídotos contra las cicatrices.
Sé que no bastan oraciones para arreglar el jardín de esta casa
la hierba y el cieno salpicaron los tejados
un buen día en que el Diablo realizaba su caridad pública
comenzaba el juego de lo imprevisible.
La gente está perdiendo razones y se inventa naufragios
y batallas,
para saberse vivos, que es una forma de estar en paz
con los suicidas,
y no caer en la trampa de quienes esconden almohadas y maletas
a riesgo de morir de una enfermedad que ahora llaman
complejo de culpas.
miércoles, 20 de febrero de 2008
Isla adversa
Obra de la pintora cubana Zaida del Río.
"Dentro están las cosas en su sitio
las crestas
el azul
las heces apacibles (...)"
Apremios (1989), Ada Elba Pérez.
el mar se me suicidó a pedazos,
fue cayendo poco a poco, a mansalva
dentro de mi corazón
y terminó inundándolo.
con él se fugó toda la extensión de la playa
y el sabor de algún rocío extraño
cuando soñaba con la inmensidad
que no se alcanza.
soy testigo de cierta obcecación insular
que no conoce límites
cuando las olas baten contra los farallones
y hacen peligrar el mustio silencio de inoportunas ceguedades.
He subido hasta mi último peldaño para reencontrar
su inmensidad, para escuchar su rumor oscuro
rodeándolo todo
y apenas alcanzo a divisar su traicionera calma
su espesura de signos su encantadora embriaguez
su bofetada traidora justo al borde de un camino
que alguien denominó encrucijada.
Siempre soñé con el mar y su ademán de sombras
infinita frontera entre tanto viento y territorio
blasfemia desaforada que reniega de códigos y dobleces
y lo engulle todo.
Mi mar es otra mentira entre ceja y ceja
una fiesta antigua otra alegoría que me salva/
procacidad convertida en largo sufrimiento
apodada trampa, cárcel, cerco, concilio, simulación, desconcierto.
Mi mar es una isla adversa/
otra frontera innecesaria.
Buenos Aires, 19 de julio de 2001. Sin mar.
viernes, 15 de febrero de 2008
sábado, 9 de febrero de 2008
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