viernes, 19 de junio de 2009

Sonrisa de ángel







"El mártir", obra del pintor cubano Pepe Franco.


Vengo de sabotear mi corazòn frente a un espejo, apostando
que sòlo cuatro puntos cardinales y un pedazo de mar no
son alimentos para la supervivencia. Vengo de lanza la primera
piedra contra lo inalterable del mundo; a fin de cuentas ya se
cerraron los armarios y el bote perdiò los remos.
¿Què puedo hacer para remendar almas que se revientan
sin maternidades ni sollozos? El arte de multiplicar la
yerbabuena no es oficio exclusivo de poetas, si la vida escapa
por los resquicios del jardìn cuando menos se piensa. Nada
podrìa hacer con los resentimientos guardados en los
pulmones si jamàs te pediría una sonrisa que pudiera parecer
artificialmente construida. He saboreado palabras que nunca
buscaràn asilo ni en el fondo de tu aliento. No sé porqué
siempre presumo que las fàbulas me pondràn los pelos de
punta, y terminaré bajo un relámpago con una esperanza posada
sobre el pecho y cierta sonrisa de àngel solitario,
para mi pesar.

(Del libro "Alquimia de fantasmas", del autor).