lunes, 11 de julio de 2011

Verano boreal para recobrar fuerzas



Obra del artista cubano Humberto Castro.


“Pero debo recordar que no todos los sitios oscuros necesitan luz.”
Jeannette Winterson, de su novela “La niña del faro”.


El vértigo se apodera de las extremidades abatidas,
socava el cuerpo y el maderamen de mis pulmones neoplásicos
los libera en puros vómitos de sangre, (en tisis a lo Margarita Gautier)
se mezclan mis esputos con algunos pañuelos descartables y camelias blancas
que caen contra el pavimento, quizás para encontrar un nuevo retorno sin pifiar peregrinaciones/ Tengo la boca renegrida por las palabras- costras que escucho y no contradigo ni desmiento… no nací con la madera del mártir
- mi madre siempre lo advirtió con pesar -, quizás el alumbramiento lejos del mar en una maternidad privada me asesinó el patriotismo y prefiero callar, enmudecer para siempre, coserme la lengua a punta de tijera oxidada o morir de tétano repentino. Mi lengua…ese apéndice carnoso saturado de salitre, miedo y azúcar, (asquerosa combinación para sufrir siempre de descompostura) cabriolea dentro de mi boca y me hace tramar argumentos que no me aventuro a proferir contra las caras de los otros. Juego al caos como ruleta rusa sin revólver y sigo intentando monólogos y resurrecciones que sólo tienen razón cuando las luces se estrangulan y se me dispara sin remedio mi presión diástolica y sistólica. Entonces desató una danza profana, cual esperpéntica y desbordada pantomima, para conjurar a mis muertos
y los traigo conmigo, les regalo blancos capullos para que vengan a mi convocatoria.
Me dejo caer dentro de mi ego y me rebelo contra el autócrata que decide lo que debo hacer administrando cada gota de sedición en esta Caja de Pandora, que apodaron tierra baldía… resucito y caigo nuevamente contra el cieno, en esa simetría eterna de fracasar y restituir lo que me fue secuestrado.
Siempre ese sentido aburguesado de la propiedad, del partir y retornar, del dejar que la corrección siga su cauce irremediablemente sin tocarme ni de soslayo… ni por asomo/ como le ocurrió a mi padre, que murió sólo en una terapia sin pedir ni un algodón mojado en agua para saciar la quemazón de su estómago abrasado por tanto alcohol saboreado frente a toda la familia…
a pesar de los esfuerzos de mi madre para que no advirtiéramos
su credo etílico. Llegó a oscuras una noche de borrasca y se fue
sin extremaunción dejando tras de sí un tendal de penitencias,
traumas infantiles y deudas impagas al usurero, pero sólo entonces
la tranquilidad sepulcral se apoderó de las paredes de la casa,
donde rebotaron por tantos años sus blasfemias
y torturas psicológicas. No hay casas de empeño para las angustias/
y las embestidas de la oscuridad contra las paredes de nuestros ojos
que tristes se van envolviendo en un trapo viejo y cristalino hasta volver a
descubrir un faro que lo auxilie cuando llega el verano boreal,
esa interrupción que se nos aparece como revelación cansada
cuando ya poco puede hacerse más que dejar que la llaga cauterice
(y vuelva el ángel simulador).

Buenos Aires, 30 diciembre 09, suspendiendo el alma
(para recobrar fuerzas).

Fotos de Viajes




Puente de la Torre de Londres, uno de los sitios màs visitados por los turistas.

Fotos de Viajes



Amsterdam, es una ciudad rodeada de canales y donde la bicicleta constituye uno de los principales medios de transporte.

Fotos de Viajes




Puente de Karlo, detràs el Rìo Moldava, en Praga; julio 2011.