miércoles, 26 de diciembre de 2007

Confesiones y cataclismos





Obra del pintor cubano, Nelson Domínguez.











“Dios está en la taberna bebiendo como un condenado”.(Elsa Claro, Dios el hombre).

Hoy no es día de peregrinaciones y plegarias
a los Doce Apóstoles,
Dios cerró las puertas de su templo,
aburrido de tanto augurar para los vivos
el juicio final.
Los inconformes se revuelven allá abajo,
claman a gritos una vendetta para sus almas
que jamás encontrarán la anunciada paz de
los sepulcros.
Doce campanadas descubren los traumas que
proporciona la espera,
sin embargo, siguen germinando las semillas
en el establo,
y la Divina Providencia empeña su existencia
en las cartas del Tarot.
El prójimo está cansado de tocar a las ventanas
pidiendo las monedas escondidas como naipes,
ha desgastado sus talones sin recibir ni una caricia
que huela a comunión ni a pecados santificados
con agua de Iglesias.
Cierto ángel incineró las alas en una plaza;
abandonó sus catecismos para siempre,
las noticias del día le tildan de traidor y hereje,
como si la herejía no fuera un don de la santa natura.
Se habla de cataclismos en los canteros del jardín,
¿Será que Dios mantiene cerrada las puertas de su templo
y ya nadie quiere creer en las confesiones a viva voz?

El genio de la duda








Obra de la pintora cubana, Zaida del Río.




A mi madre, por su espera de cuatro años. Buenos Aires, 25 de febrero de 2003.

Con la neblina partirá el profeta
a lanzar semilla en sitio ajeno
y a iniciarlo todo.
Ya no tendrá la madre cerca, en su ciudad,
el rayo de sol, la profecía agorera
de su bola de cristal.
Una esquina ruidosa para recostar su calma,
endebles de un naipe equivocado.
Con la primera neblina partirá el profeta
a tantear el mundo con el genio de una lámpara
y una pócima milagrera ante la duda
de una tabla desolada.
Después no habrá más códigos ni leyes
ni palabras para calificar todo lo innombrable
la imprecisión también puede salvarnos
cuando la saeta se dispara, y el profeta ya no vuelve.

Cábala









Obra del pintor cubano, Nelson Domínguez.






También yo quise tener una cábala para inventar enigmas y dormité bajo un vientre con olor a cenizas y limón maduro. Nadie me esperó a la salida del puerto con un pañuelito blanco y tampoco escuché la feracidad de un río refrescando la rivera entre árboles sin luces a punto de fenecer por tantas sombras. Silencios, sólo silencios acompañaron mi andar de paje sin cortesanas ni bufones en cortes que sólo existieron para recordarme que nunca fui noble. También yo blandí mi espada por las causas justas, sólo que mi dardo siempre tuvo la punta mellada y hasta ciertos cristales azucarados con que dorar la píldora al enemigo. Yo también tuve una máscara que nunca usé en las noches orgiásticas de abril pues era más necesario tener guantes blancos para no mancharse las manos con tanta abulia y un pequeño espejito de lata que recordara orígenes y evitara caídas sin sobresaltos. Cuándo podrán romperse estas ataduras al borde de la hoguera sin dejar que cueza sangre en esta olla tiznada, triste remedo de la lumbre que un viajero posó sobre mi cábala. Ya no descifro enigmas y temo a la leña con olor a cenizas y limones maduros, aburrido de tanta punta mellada, guantes blancos y faroles que ya no prenden ni cuando se escucha el pregón matinal. Al parecer ya no se despierta nadie.

Foto de mi cumpleaños.

jueves, 20 de diciembre de 2007

En tiempos difíciles, de Heberto Padilla (1932-2000).



Obra "Amor de arlequín", del pintor argentino Carlos Tessarolo.




Un homenaje justo al libro "Fuera del juego",
(1968), de Heberto Padilla, que marcó mi madurez.



A AQUEL HOMBRE le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas,
duras y nudosas,
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque que lo nutrió,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeron
que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después
que toda esta donación resultaría inútil
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles esta es, sin duda, la prueba decisiva.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Síndrome de máscaras
















"Anatomicums No. 62", de Alfredo Sosabravo.

Sobre el lecho de las angustìas
la explosión comienza a mudar mi rostro.
Ya no seré aquel con mirada de árbol de
oscuras fuentes
o el cazador de desgracias y felicidades ajenas
que cierta vez jugó a las tinieblas y desde
entonces perdió el sendero,
recostado sobre la piedra para construir el mundo.
Tampoco dispondré de ironías y desatinos,
todo mi ser se purifica y enloda como si cada
24 horas volviera la primavera con máscaras y flores
robadas en el jardín ajeno.
Usted no sabrá nunca mi verdadero nombre,
recién trato de buscarlo pero se escapa entre
secretos abiertos
de una palabra con olor a frasco sellado
y fragancia de muebles comprados al usurero.
Descubro ante el abismo los cuerpos marcados por
las estaciones de las apariencias
y esa sensación de calma que sòlo sienten
quienes por un segundo blasfemaron del pròjimo
o sintieron verguenza ante un apetito mundano.
Es imprescindible la balanza en los tiempos del
apocalipsis,
aunque la lògica falle no necesitaremos presentaciones
en este proscenio de mirar al infinito.

Equilibrista


















"Anatomicums", del ceramista cubano, Alfredo Sosabravo.


El rincón del camino se hace piel
en las pupilas del payaso,
quien aprendió a sentir un profundo rencor
por cada aplauso inmerecido de la carpa,
pero continúa durmiendo con los ojos abiertos,
por temor al rechazo público.
Ese rincón se transforma en abrigo
sobre las espaldas del mago,
olvida sus últimos trucos frente a las luces
y anuncia conejos por palomas negras
sin ruborizarse ante al mentira "inocente".
Una varita mágica puede hacerse muro impenetrable
ante los ojos del domador,
perdió la cabeza por impaciente y aún sus leones
le ayudan a buscarla...
¿Fraternidad en la desgracia?
El rincón se hace caminos en las manos y los pies
del equilibrista
quien no teme a los saltos mortales sin mallas salvavidas
y siente lástima por los que rinden culto a la rutina
como si la vida fuera caminar perennemente por una
cuerda floja.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Mendrugo de la duda





Obra de Roberto Fabelo, pintor cubano.






Comienzo a apedrear a mis fantasmas/ los destierro y los lanzo
contra las cuatro esquinas más oscuras/ les escupo el rostro ya
sin máscaras/ les hago el amor con toda la saña del mundo/ les
fabrico historias y papeles protagónicos que nunca tuvieron/ me
averguenzo de haberles conocido y escondo sus retratos/ y de noche
cubro los espejos con una sábana para que no se me aparezcan/Cuánto
camino retorcido y mal cruzado/ cuánto andamio caído y palabras
extravíadas por las ventanas/ cuánta nube gris tapando el horizonte
sin otra hazaña que matar el cielo/ Sus carnes comenzaron a ser mis
tiranías/ardiendo en otros cuerpos sin hogueras/ sacra fetidez la de
estas cenizas esparcidas y recicladas en otras espaldas y balcones.
Asedio los desperdicios que me dejaron las sombras y
los echo al basurero pues quiero limpiarme de brújulas
errantes y equivocadas/ ya no tengo tiempo para deambular
por los rincones buscando a mis próximos viajeros y temo
dejarlos justo en el andén menos seguro/ La duda siempre
será el precio que pagaremos/el réquiem para los más
débiles de espíritu y los más fuertes de carne/
Vómito la euforía y el insomnio que con tanto sadismo
derramaron sobre mí y les pongo un vaso de agua clara
cerca de una oración para espantar la aridez de cierto
disfraz de oveja que alguien regaló en noches de San Lázaro/
Seguro que habrá más tiempo para mirar otra pantalla muda/
cristal sin rostro, monstruos atentos,cerbatanas que maldije,
complicidades que no tuve/caricias que no me regalaron,
ojos que ya no incineran el alma/
mendrugos que en demasía pueden hacer zozobrar
el pequeño bote.

Jugar a ser tinieblas







"Dualidad", de Zaida del Río.





Sólo la contemplación y el desahogo
salvará a estos inconformes.
cuando el óleo se derrame sobre el cuarto
y una sábana con flores sea el puente entre estas dos almas,
y ciertos pasajeros de las corazonadas.
¿Quién oculta amaneceres si hasta el sol esconde sus destellos
y decidió jugar a ser tinieblas?
No desnudes el alma ante un desconocido
que te mire demasiado y busque entre tus vísceras
un tortuoso camino que descienda la colina.
Faltan diez años para que el dibujo quede inconcluso
sobre el piso de la sala y tú vuelvas a decir
que simplemente ya no existes,
porque incineraste los fantasmas tras un pincel mojado en humo.
Me desnudo y contemplo cuántos desatinos
ocultan las acuarelas y esmaltes sobre este cuerpo,
envuelto en el miedo de una habitación sin puertas ni ventanas.
Suele ser tan grotesco eso de amarse sin acariciarse el alma.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Obituario






Obra del artista cubano, Manuel Mendive.












Bajo aquel enigma de sombras voy a enterrarte,
sin mortaja, ni lápidas ni cruces,
las flores no cubrirán tu rosto de incertidumbres
el mármol no enfriará tu rostro como lo soñaste
hace tanto,
los perros no vendrán a beber tus secretos de
alma castigada por la intemperie.
Este será el mejor homenaje a tu memoria,
pues la lluvia no te mojará esos ojos
que vieron demasiado y amaron poco.
Cuál será la nueva cota para tus cenizas.
si ya los fríos cálculos aritméticos
perdieron el rumbo entre calles y rutas
que nunca imaginaste.
Ha escampado otra vez y el corazón ya no recuerda,
cuán largo fue el camino,
mañana te inventaré el epitafio que mereces,
una gran interrogante germinará de lo profundo
de ese foso.
No regreses pasadas las semanas,
hasta la resurrecciones contigo saben a romanzas.

Poetas indiferentes







Obra del pintor cubano, Roberto Fabelo.







"Quitad al ángel de la puerta"
desclávalo del crucifijo,
donde por error lo colocaron y adónde
fueron a parar sus sueños de malas noches
y remordimientos.
embadúrnale el rostro con una colonia barata,
en definitiva ellos sólo aspiran a volar muy bajo
sobre los mosquiteros y a hacernos guiños engañosos.
Téjele una historia alucinante cerca de un lago vienes
en Mondsee,
sin Fritz Oberhofer y sus mujeres fantasmas.
Llévale flores decapitadas a su dormitorio
el sabrá ponerle el aroma y el color a sus pétalos,
Romped los cristales en donde pueda herir sus alas.
¿Sería sacrílego levantarle un monumento sobre una
gran pradera
ante la burla de los poetas indiferentes?
Siempre he querido a los ángeles por lo que no dicen,
por esa mudez cómplice tras los armarios
y esos guiños engañosos para recibir sin dar
nada a cambio.
"Quitad al ángel de la puerta",
para que nunca vuelva a tropezar con su sombra.

jueves, 6 de diciembre de 2007

¿Cuento de hadas?





Obra de la pintora cubana, Zaida del Río.






“Qué difícil ser humano y estar lejos”.
De Casa vacía, Odette Alonso.


Yo que no vivo en Escocia/ y no he visitado nunca
un cementerio de hadas/
ni he estado a punto de tener una doncella del verde
color de los bosques/ni guardo en mis bolsillos la dicha de la eternidad/
y tampoco conozco el misterio de las conexiones pasionales
entre hadas y hombres/ ofrezco mi triste ordinariez y mi paciente espera/
para las sacrosantas noches de incomunicaciones clandestinas./
Yo que no nací en Escocia/
ni he visitado nunca un cementerio de hadas /
extravié mi dulce paciencia tras el vértigo de tus inseguras alas/
y las pifias de nuestras inconsecuencias y disculpas no confesadas./
En definitiva,ya muy pocos creen en las hadas/
y Escocia sigue siendo un punto remoto e invernal/ que las guías turísticas se empeñan en seguir presentando
como el mejor paraíso para los seres humanos.

lunes, 3 de diciembre de 2007

El arca de Noé



Obra del pintor argentino, Sergio Merayo.







Es cierto: el derecho a ser héroes se conquista”
Slogan revolucionario


Hemos perdido la tierra desde que comenzó el diluvio,
en esta diminuta arca sólo se escucha el ronquido
de ratas y palomas,
feliz destinos para las aguas feroces
que terminarán inundándolo todo con la procacidad
de buscar un nuevo orden.
Sostuve la centella azul con mis dientes,
pero nunca me fue entregada la llave para llegar
a paraíso firme. Anduve, caí, adopté la risa del pez
con la llama y su eterno crepitar de lentejuelas
circulando muy cerca de las alas del diablo,
sólo que el mar borró, una vez más, mis huellas
sobre la arena.
Gocé de las pesadillas en la oscuridad del foso
imaginando recalar en una ribera sin la memoria
de otra partida.
Alguien torció la cuerda en medio de la tempestad
y algunos corazones frágiles escucharon el tañer
del arpa con sonrisas de vencidos a la deriva.
Nuestra suerte esta escrita: somos un amasijo
de bestias y ángeles con una costumbre enfermiza
para las tristezas y los perdones.
Sólo que unos pocos siguen buscando un puerto seguro
donde recostar su espalda o una playa desierta
sin arenas movedizas.
Mientras, yo escribo e imagino bienvenidas
en este río rojizo a donde no llegará el arca
con su angustiosa manía de no alcanzar el horizonte.

Buenos Aires, 9 de julio 2005

Isla adversa




Obra del pintor argentino, Sergio Merayo.






"Dentro están las cosas en su sitio
las crestas
el azul
las heces apacibles (...)"

Apremios (1989), Ada Elba Pérez.



el mar se me suicidó a pedazos,

fue cayendo poco a poco, a mansalva

dentro de mi corazón

y terminó inundándolo.

con él se fugó toda la extensión de la playa

y el sabor de algún rocío extraño

cuando soñaba con la inmensidad

que no se alcanza.

soy testigo de cierta obcecación insular

que no conoce límites

cuando las olas baten contra los farallones

y hacen peligrar el mustio silencio de inoportunas ceguedades.

He subido hasta mi último peldaño para reencontrar

su inmensidad, para escuchar su rumor oscuro

rodeándolo todo

y apenas alcanzo a divisar su traicionera calma

su espesura de signos su encantadora embriaguez

su bofetada traidora justo al borde de un camino

que alguien denominó encrucijada.

Siempre soñé con el mar y su ademán de sombras

infinita frontera entre tanto viento y territorio

blasfemia desaforada que reniega de códigos y dobleces

y lo engulle todo.

Mi mar es otra mentira entre ceja y ceja

una fiesta antigua otra alegoría que me salva/

procacidad convertida en largo sufrimiento

apodado trampa, cárcel, cerco, concilio, simulación, desconcierto.

Mi mar es una isla adversa/

otra frontera innecesaria.


Buenos Aires, 19 de julio de 2007. Sin mar.