miércoles, 8 de agosto de 2012

Ejercicio de amputación




Obra del artista cubano Roberto Fabelo.

"Las viejas maderas lo habían presentido:
no iba a haber desembarco.
A lo lejos, muy lejos, la costa está cubierta por las llamas".
             ”Final del viaje”, de Reinaldo García Ramos.



Frente a la playa hay un hombre que respira

(yace tirado bocarriba sin moverse),

absorto escruta su interior y exhala el salitre/

que le quema los pulmones,

pero no está muerto, cavila taciturno,

casi a regañadientes sobre

su inexistencia.

Le han dejado varios fragmentos de madera y lona

por si quiere huir / tejer un velamen ofuscado

(para luchar contra la ola)

y perderse en el horizonte, pero ya no tiene edad

para esa aventura que puede fagocitarse el mar.

Le han facilitado una excusa de décadas para

la estampida, pero él sólo se tumba y desmenuza la arena

que deja una traza relámpago inevitable.

Es 1 de septiembre y está por llegar la primavera,

esa confundida cópula de olores y alergias

que terminara en las fauces de la nada/

teñida con cursis flores y perfumes baratos

de verdulerías de barrio

o carnaval popular de patria pobre.

¿Estará pasando un mal momento o sólo

intenta relamer su silencio de arpón clavado

por temor a que alguien le escuche?

En su boca se retuerce una palabra agria, misérrima/

casi ocre (con poder) que fue silenciada

en todos los claustros y

reuniones políticas/ una frase

ultrajada, sin almidón ni remilgos que se le atraganta

en la gaznate cuando llega la hora de deglutirla y lanzarla a los

matarifes que intentarán despedazarla en la plaza.

El miedo se pintarrajea sobre su entrecejo y deja asomar una luz

fulmínea, de malas noticias (golpe de puñal rengueante)

pues avizora que sus oraciones terminarán descuartizadas

sobre el acantilado de otra playa abandonada a la desidia

o vendidas al mejor postor en cierta feria americana.

El sol - ese nebulosa caliente de pálidos dobleces

- le cuece el rostro/

lo dibuja para la eternidad con golpe erótico de punta de dedo

y le hace expeler los más trasnochados olores testiculares/

un pus desabrido con aroma de respiración intrusa

se escapa de sus tripas vacías.

Ese hombre es una castración-de-cuerpo

-sin-glorias-pasadas/

nació para devorarse entre sus propios dientes/

(roto como muñón amputado),

pero desea terminar su derrotero frente a una playa

-su-única-gloria/

abstraído mirando el simple azul que engulle y divaga con indiferencia