viernes, 27 de agosto de 2010

Rutina del apátrida



Obra "La traición", de Manuel Mendive.


“(…) Mi cuerpo extendido y seccionado sobre las espaldas de la noche es ahora un recipiente intranquilo (…)”.

Javier Ubalde Enríquez, en “Grial”




Estornudo espaciada, gélidamente contra el cristal de la ventana
en sentido inverso al aire y las partículas de mi saliva
explotan y se fecundan unas a otras en un festín casi orgiástico/
patológico-endémico que desintegra el esputo a la luz de la luna opalina
haciendo muecas y malabares contra el vidrio manchado
que demorará mucho tiempo en volver a ser transparente.
Recorro con la vista – entonces - la calle que yace como un trozo de sal
y observo salir del consultorio del psicoanalista de enfrente a una chica con cara de suicida que se ordena el cabello como si compusiera su vida a sorbos
para no seguir intentándolo sin éxito… la próxima vez no será un cóctel de sedantes con boleros de fondo, sino una soga puesta en el horcón más alto de su cuarto… lo vislumbro… y entonces ya no llegará nadie a tiempo y habrá cumplido estelarmente su anónima tarea. Retuerzo mis manos secas, cuarteadas y pálidas que empiezan a carcomerse contra el teclado de la computadora con ese síndrome del túnel carpiano (patología de la modernidad) que corroe mis músculos tumefactos y me hace tomar antinflamatorios todas las noches antes de acostarme. A estás alturas ya no sé si es una evasión necesaria o son las ansias de paliar otros dolores más espirituales que no cesan, sobre todo en las madrugadas cuando cierro la puerta del cuarto
y los recuerdos del destierro mueven la vieja mecedora. El retrato de mi madre yace glacial en mi mesa de luz entre fotos de viajes soñados que ella nunca pudo realizar, ni imaginó…escapatorias que quedarán encerradas en pequeños marcos comprados en algún negocio con publicidad de Kodak y promociones vacacionales de 35 fotos por quince pesos. Limpio mis gestos inútiles y arranco mis miedos de fin de semana dentro del cuaderno de bitácoras que tengo en la web/ narcisismo vitrina de palabras que retumbarán como barcazas que jamás llegarán a destino cierto por impericia de su timonel. Estiro mis huesos como un puñado denso de azotes que dudan, en trizas dibujadas con cenizas bajo mi piel. Afuera la lluvia retuerce rumbos entre mil y una historia censurada y los amantes se esconden en los zaguanes para propinarse sus placeres más carnales con crepitaciones de cuerpos consumidos por el fuego eterno y el alcohol. Entierro mi pasado nómada entre fotos sepias que escudriño de reojo y un charco de tinta que derramé sobre la alfombra con la despreocupación de aquel que quemó sus naves en la otra orilla sin temor a dar el peor ejemplo y terminar entre barrotes y olores amoniacales. Me llevé un país en la palma de la mano y ahora no sé en qué bolsillos colocarle sin sentir la culpa del apátrida que ya no desea un pronto regreso. Exhalo gélidamente un suspiro dolorido y una vez más siento que la vida tiene esas pequeñas emboscadas… celadas de rutina dominical que terminará - si no termino pronto- empañando esta delirante descarga con ínfulas de trasnoche en algún viejo
cine triple X de barrio, con penas de mugre y humedad rancia.


Buenos Aires, 27 de agosto/2010.
Ya sin barcazas para incinerar.

jueves, 26 de agosto de 2010




Retrato realizado en un bar, en Isla Baru, en Cartagena de India, Colombia.

viernes, 20 de agosto de 2010




José Luís Barba y Polito Ibañez,"Del amor aprenderás", incluido en el album: "Cubanos", donde Barba se hace acompañar de artistas como: Pablo Milanés; Pancho Céspedes; Diana Fuentes; David Torrens, Silvio Rodríguez; Mayito Rivera y Gerardo Alfonso, entre otros.

jueves, 19 de agosto de 2010

Xiomara Laugart: Una ciudadana del mundo





Considerada una de las mejores intérpretes de la actual cancionística cubana, con un registro vocal de amplia tesitura que puede incursionar en el son, la balada, la rumba, la música latina con raíces africanas, el hip-hop y hasta el jazz, Xiomara Laugart se presentará con su grupo, en la “Trastienda Club”, de Buenos Aires, el 30 de septiembre próximo, a las 9 de la noche.


Por: Juan Carlos Rivera Quintana.

En la grabación original, realizada en la sala del departamento de Xiomara Laugart, en Nueva York, se siente su risotada contagiosa, extrovertida y el acento cubano y bullanguero que no ha perdido, a pesar de tener mucho tiempo viviendo y comunicándose en idioma inglés, en Estados Unidos. Su conversación diáfana y espontánea, su alegría arrolladora - que llega por medio de un archivo de MP3, a través de Facebook, (oh, milagros de las nuevas tecnologías) - la vuelven a poner delante de mí y pareciera que no han transcurrido casi quince años de ausencia y contacto físico cara a cara, suplido sólo a través de la escucha de sus canciones en las páginas de música internacional, construidas en el ciberespacio, en este mundo globalizado, donde toda la información circula y se pueden ver hasta los videos de los artistas del mundo entero, en los escenarios más recónditos.

Xiomara Laugart, una de las voces más genuinas e interesantes del cancionero popular cubano llega por primera vez a la Argentina para presentarse en el escenario de “La Trastienda Club”, ubicado en Balcarce 460, en el barrio porteño de San Telmo, el 30 de septiembre, a las 9:00 de la noche, donde grabará también un DVD, que llevará por título: “Yo soy la negra”. Extiendo el archivo de audio y escucho su voz inconfundible, que mantiene los mismos registros vocales de contralto de sus comienzos en la Trova Cubana y el Nuevo Feeling, hace casi 25 años o más, esa que le han hecho grabar en Cuba más de una decena de discos y acompañar en diversos escenarios a artistas de la talla de Celia Cruz, Tito Puente, Pablo Milanés; Silvio Rodríguez; Omara Portuondo; Andy González; Carlinhos Brown; Ana Torrojas; Mercedes Sosa; Roy Hargrove; Jacky Terrasson, Overproof, NG La Banda, entre otros. Entonces se produce el diálogo virtual:

-¿Qué queda de aquella Xiomara Laugart que comenzó dando sus primeros pasos en el grupo de aficionados “Aconcagua”, integrado por estudiantes del preuniversitario en la Isla de Cuba; de aquella que cantaba junto a Alberto Tosca canciones que hablaban de la fe y el amor; de la que obtuvo el tercer lugar, en el Concurso de Música Cubana “Adolfo Guzmán”; de la soñadora que integró después el grupo musical “Talla Extra” y recorrió los mejores escenarios de la isla y luego decidió exiliarse y comenzar después a trabajar con el grupo “Yerba Buena”, en Estados Unidos? ¿Cuánto dejaste en el camino y cuánto todavía conservas de aquella chiquilla que correteaba por el patio de una escuela pública y vivía en un conventillo habanero?

“Yo soñé con subirme al escenario desde que tenía cinco años, cuando me paraba delante de un espejo con una suiza y los tacones de mi madre y siempre le dije a ella que iba a viajar el mundo entero porque yo pertenecía al mundo. Todavía queda mucho de esa chiquilla en mí, sólo que ahora la profecía se cumplió y viajo cantando por el mundo, pero sigo con la misma inocencia e intentando mantener las mismas emociones y me pongo nerviosa todavía cuando voy a cantar ante un público desconocido… son tan ricas esas sensaciones. Todavía queda mucho de la adolescente de esos años, que cantaba con el grupo de aficionados ‘Aconcagua’; con ‘Talla Extra’ y de mis presentaciones con el grupo ‘Yerba Buena’ como solista siempre. Sí, aún está la misma Xiomara con su capacidad de asombro ante todo, con su deseo de disfrute cuando interpreta y baila una canción popular; lo verás cuando llegue, lo verás”, insiste y se ríe a carcajadas con la picardía y el swing de la cantante extrovertida y cubanísima que es”.

- Tu paso por “Yerba Buena” fue un inmenso aprendizaje dentro de tu carrera artística, porque allí fuiste la voz principal. Ahí vimos a una Xiomara menos desinhibida en el escenario, que bailaba, cantaba muchos ritmos latinos, interpretaba sones, guarachas e incluso jazz y hasta se aventuraba con los cantos y ritmos afrocubanos. ¿Qué podrías decirnos de esa etapa?

“Esa etapa fue para todo el mundo en ese grupo de aprendizaje porque todos brindamos nuestro propio trabajo y lo unimos, eso era lo interesante de ‘Yerba Buena’, que cada uno tenía su propia personalidad, su propio estilo y su propia carrera ya formada y decidimos acoplarnos para hacer este trabajo. De esa fusión surgió el grupo con sus mezclas de música latina con raíces africanas, rumba cubana, cumbia colombiana, pana-caribeña, hip-hop, motown soul, afrobeat nigeriano y hasta una pizca de temas y sonidos de Medio Oriente. Era un conjunto multicultural de músicos extraordinarios, que retomaba los nuevos sonidos que están apareciendo en las calles de la ciudad de Nueva York. Muchos nos quedamos en el camino porque éramos demasiado buenos para continuar en una agrupación y teníamos otras aspiraciones. Mi anhelo siempre era volver a ser solista y ese grupo me sirvió como plataforma para lanzar mi carrera en Estados Unidos. Yo aprendí mucho en él porque era parte de un proyecto con sus ideas muy definidas sobre la música fusión y era tremenda responsabilidad. Pero a mí no me gusta estar en grupo, prefiero ser solista, es menos complicado, es mucho más fácil”.

- Tus presentaciones mensuales en el mítico “Zinc Bar”, de Nueva York, han sido calificadas por la prensa norteamericana y los aficionados como legendarias e impresionantes. ¿Qué sueles hacer allí, en qué géneros incursionas?

“Allí lo que hago siempre es hacerme acompañar por un trío de músicos y paso por todo el repertorio de la música cubana, voy desde los sones y la música más tradicional de la isla hasta las canciones de Pablo Milanés. También interpreto los temas de los artistas jóvenes de mi época de intérprete en Cuba, como Raúl Torres, Gerardo Alfonso, Alberto Tosca y también piezas de Meme Solís, una gloria de la música nuestra. En el ‘Zin Bar’ incursiono en el repertorio cubano y también hago una colección de obras norteamericanas. Las presentaciones se volvieron legendarias porque no había nadie que hiciera un Día Latino y yo lo hice como dos o tres años. Eso marcó una pauta, un camino para los demás cantantes y ahora el mítico centro neoyorquino tiene un Día Latino y hay muchos músicos y cantantes brasileños, argentinos, venezolanos que se presentan”.


- En el 2007 fuiste elegida para interpretar a una de las cantantes más populares de la historia de la música cubana, Celia Cruz, en el musical de Broadway: “Celia The musical”, ¿cómo te preparaste para ese trabajo que te exigía no sólo cantar, sino también dotes actorales? ¿Qué frutos te reportó ese esfuerzo desde lo artístico para tu carrera?

“Yo nunca me había desempeñado como actriz en un escenario; actúe en la Isla de la Juventud pero lo hacía con títeres para niños, o sea que no tenía que verle la cara al público. Este trabajo fue una tremendísima experiencia donde tuve que cantar, bailar y actuar a la misma vez, algo que nunca había hecho, pero fue un trabajo muy interesante y duro porque nosotros en Cuba no teníamos información de quién era en realidad Celia Cruz y lo aprendí en Estados Unidos. Hablé con mucha gente que la veía actuar, me regalaron muchos libros sobre su carrera, hablé con músicos que trabajaron con ella. Para ese trabajo me propuse no imitarla, yo sencilla y llanamente canté con mi voz sus canciones. Celia era una figura inimitable, nunca nadie se le igualará, entonces yo intenté captar e informarme de todo lo que ella había hecho en su vida: bailar, cantar y actuar e interpreté con mi propio estilo sus canciones, ese fue mi homenaje. Se hicieron paralelismos y comparaciones, en ese momento, entre nuestras carreras porque la gente y los críticos cuando comparan alivian más sus sustos, pero creo que todo venía porque ambas somos cantantes cubanas, negras las dos, pero Celia siempre será la mejor guarachera de la isla”.


- El pasado año el disco solista “Xiomara”, editado en Estados Unidos, por el sello neoyorquino Chescky Record, fue tu debut discográfico internacional, toda una prueba en ese país, donde tuviste que empezar de cero, como si recién comenzarás una carrera musical, después de tener casi 15 discos editados en Cuba. ¿Cómo fue ese recomenzar, de qué manera seleccionaste el repertorio y para quiénes estuvo concebido ese trabajo?

“El CD, que hice con Chescky Record, estuvo orientado a los latinos y americanos que no conocían quién era Xiomara Laugart. Yo escogí el repertorio del disco, con ayuda del compositor, arreglista, guitarrista y maestro cubano Octavio Kotán y su esposa Irma, en la sala de su casa y decidimos que sería muy bueno una presentación de esa manera, integrada por una selección de viejos y nuevos temas del cancionero cubano para que todo el mundo supiera quién era yo porque nadie me conocía allí, ni los americanos ni los latinos que viven en Estados Unidos. Al final, el disco que se grabó en vivo en una iglesia con un solo micrófono y todos los músicos alrededor intentando hacer las menores mezclas y toques para que fuera más original, tuvo muy buena recepción y algunos medios hasta hablaron de ‘la nueva musa cubana’. Será, quizás, porque pude demostrar los matices sensuales, íntimos y nostálgicos de mi voz y ese material ahora me sirve como carta de presentación.

“En dicho CD incluí temas de Andrés Levine y Descemer Bueno (La Llave y Siempre que te vas); de Meme Solís (Por ti y No creo); Marta Valdés (Tengo); Luís Marquetti (Plazos traicioneros); Juan Formell (De mis recuerdos y La Habana Joven) y ‘Moliendo café’, de José Manza y Hugo Blanco, entre otros”.

- Próximamente, el 30 de septiembre, se presentará tu espectáculo: “Yo soy la negra”, en la Trastienda Club de Buenos Aires, donde incluso grabarás esa noche un DVD, acompañada de un grupo, que integra incluso tu hijo ¿qué expectativas tienes con esa presentación y ese viaje iniciático a una capital tan importante para la música latinoamericana, con un público tan exigente como el porteño?

“Espero que me reciban con mucho cariño porque yo voy para allá con todo el amor del mundo, pero ya he tenido muy buena respuesta del público en el website que mi manager en Argentina, Hernán Dalbes, ha hecho para mí, donde he tenido buena aceptación de cubanos y también de argentinos que me han escrito diciéndome que van todos para allá y que le van a avisar a sus amigos para llenarme aquello.

“En el espectáculo haré un recorrido por las canciones que me hicieron popular en Cuba, como: ‘Hoy mi Habana’; ‘Que manera de quererte’; ‘Si tu te vas’ y temas de mi carrera en los Estados Unidos, como: ‘No creo’; ‘De mis recuerdos’; ‘Moliendo café’. También interpretaré: ‘Longina’; ‘La sitiera’ y ‘El manicero’, clásicos del repertorio de la música tradicional insular, entre otras. Pretendo hacer un bloque de canciones en tributo a Pablo Milanés; obras de Fito Páez, con quien he cantado en algunas oportunidades y una canción de Daniel Sartori, quien será mi telonero e invitado en el show.

“Ese viaje será bien emocionante y estoy un poquito nerviosa también porque es un nuevo mercado y un nuevo público, pero voy para allá como si les fuera a cantar a mi propia familia, para tener una nueva casa en el mundo porque así me considero: una ciudadana del mundo”.

miércoles, 18 de agosto de 2010




Xiomara Laugart, canta "Desde que te quiero", una interpretación que corrobora sus dotes vocales y sus registros para cualquier género.

viernes, 13 de agosto de 2010

Daniel Muxica o el elogio a la amistad.



Foto: Daniel Grad.
Texto: Juan Carlos Rivera Quintana.





Conocí al poeta y narrador argentino Daniel Muxica (Valentín Alsina, Buenos Aires, 1950-2009) en el café porteño “La Paz”, de la Calle Corrientes, en febrero de 1998. Yo estaba recién llegado a esta ciudad y alguien – no recuerdo quién - me dio su teléfono y me sugirió que le conociera porque era una buena persona y teníamos muchos puntos en común. Le llamé y cuando le comenté que era un periodista y poeta cubano, que venía a estudiar comunicación, enseguida me citó y conversamos largamente, de todo lo humano posible y de poesía, por supuesto. No se podía dejar de conversar de ese tema con un poeta mayúsculo como era (es para los que lo seguimos recordándole). Entonces ya había editado una antología de poesía erótica, titulada: “La erótica argentina 1600/1990” y tenía publicados alrededor de seis o siete cuadernos de poesías con una muy buena recepción y crítica, entre los que estaban: “Hermanecer”, (1976), Editorial Schapire; “El poder de la música”, (1983), Editorial Stephane y Bloom Asociados; “El perro del alquimista” (1987), Stephane y Bloom Asociados; “Contra dicción, De la Pluma, (1989); “Ex Libris o el elogio de la dispersión”, con la Editorial Xul; “Siete textos premortales”, (1991), Editorial El Caldero y “El libro de las traducciones” (1993), también con El Caldero.

Yo le había pasado por Internet un grupo de mis poemas y él los había leído y releído, incluso en algún momento de la charla me dijo un fragmento de memoria de uno de ellos y los elogió como sólo saben hacer las almas buenas y tutelares. Recuerdo que él estaba tratando de editar su primer CD-libro, que llevaría por título: “Nihil Obstat” (sin ningún obstáculo), en alusión al cuño con que la Santa Inquisición solía dar su visto bueno a los libros aprobados para publicación, en aquella época, pues ya sus pasos se encaminaban al uso de las nuevas tecnologías.

El trabajo poético de marras llevaría las voces y la interpretación de los excelentes actores Ingrid Pelicori, Horacio Peña y Juan Carlos Puppo, muy buenos amigos de Daniel. Él desbordaba entusiasmo por el hijo que estaba por llegar, como le llamaba al nuevo proyecto editorial, que estaba casi a punto de salir al mercado y recuerdo que cuando ya me iba me preguntó si quería presentarle el CD-libro, en la Librería Gandhi. Yo quedé perplejo y hasta llegué a decirle que a mí no me conocía, en esta ciudad, ni el gato y que él se merecía una figura de renombre intelectual para presentar su obra. Daniel me escuchó pacientemente y hasta sonrió. Me dijo, entonces:

--Precisamente porque no me gustan los grupos, los figurones y todo ese mundillo pseudo intelectual porteño es porque te pido que me lo presentes vos. Eres un poeta cubano y yo quiero mucho a tu país; eres un desconocido, estás llegando y pretendes publicar tu primer libro aquí y quizás ello te ayude a que te conozcan… esas son suficientes razones.

Entonces nos dimos el segundo apretón de manos y el primer abrazo y Daniel Muxica se convirtió, a partir de ese momento, en un excelente amigo, alguien con quien compartí asados, algunas reuniones familiares en mi casa o la suya, algún fin de año en su vieja casona de Barracas, algunos viejos boleros insulares, rones (por supuesto) y buenos vinos. Con el tiempo y los encuentros me contó de su vida, de sus afectos y sus pesares, de sus proyectos, de sus deseos de conocer Cuba, viaje que realizó posteriormente, y continuamos hablando de poesía y narrativa latinoamericanas. En una ocasión, leí una ensayo de Daniel que hablaba de sus rituales para escribir y me acuerdo aún decía algo así, que lo retrataba completamente: "Hablar sobre el modo de escribir ya es un ejercicio de escritura. Los ritos que me rodean no son muchos y por demás simples: un café, un cigarro, un poco de música y sobre todo sentir que el rincón del escritorio me está esperando. Es una geografía bastante desmañada, de contornos, de límites imprecisos (...)".

Siempre tuve en Daniel la mano tendida para publicar mis primeros cuentos en su revista-objeto: “Los rollos del mal muerto”; cuando organizó encuentros de poesía internacional, en Buenos Aires, tuvo la gentileza de invitarme a leer algunos de mis trabajos, en representación de mi país, en la Casa-Biblioteca de “Evaristo Carriego”. También me hizo atinadas acotaciones y sugerencias a la estructura y selección de obras de mi primer poemario: “Alquimia de fantasmas” (1998). Aún recuerdo con que humildad me hizo llegar su segundo CD-libro de poesías, titulado: “Bailarina privada” (una obra admirable por su madurez en el uso de las figuras poéticas y los juegos de palabras) y después su primera novela: “El vientre convexo”, editada por Sudamericana en el año 2005, y que estuvo entre las obras finalistas del Premio Clarín de Novela, hecho que a él le dio mucha alegría y una gran confianza en que podía seguir narrando, quizás por esos temores que tenemos los poetas en pasarnos a otro bando: el de los narradores y sobre todo a entrar en un campo minado, que no nos pertenece. Allí se descubría como un verdadero narrador, un observador acucioso de la realidad argentina y un mago del discurso y la ficción literaria, sobre todo en el trazado de los personajes. Después vendría su segunda y última novela: “las maravillas del Doctor Tulp”, editada por Mondadori, cuya salida preparaba cuando el corazón le dio un vuelco y le dejó de latir en el quincho familiar de su nueva casa de Barracas, junto a su inseparable compañera Gabriela Pais ("Gaby").

Confieso que no he atinado ni a buscar dicha novela en las librerías porteñas pues todavía estoy como a la espera de su presentación… me sigue pareciendo que en algún momento volverá a sonar mi teléfono y Daniel me invitará a acompañarle para semejante acontecimiento. Quizás prefiero recordarle como aquella noche de febrero, en un cumpleaños, en la terraza de mi departamento, en Palermo, cantando algunos tangos milongueros y riendo estruendosamente de algún chiste cubano, entre algún tinto o un roncito para amansar los ánimos, despejar la mente y un buen poema de tesitura erótica, de esos que solo él sabía magistralmente como declamar y escribir.

Juan Carlos Rivera Quintana.

domingo, 8 de agosto de 2010





"Sombras amarillas" y "Fantasmas", interpretadas por Polito Ibañez, uno de los grandes compositores jòvenes cubanos. Estas canciones forman parte de su ùltimo disco recientemente editado que lleva por título: "Sombras amarillas".
Polito Ibañez nació en Cienfuegos en 1965. Es graduado de actuaciòn del Instituto Superior de Arte, en 1988. Tiene editados varios discos ya, entre los que se cuentan Recuentos y Para no pensar.