viernes, 1 de agosto de 2008

Anunciación de otro milenio









Obra del artista cubano, Ernesto García Peña.







"Somos la mitad de un dios

sacrificado entre piedra y ternura"

Intimo delirio, de Edgardo Gugliermetti.


Te creíste con inocencia la leyenda del bandoneón desafinado

en una esquina/ mortaja vulnerable atravesada en la boca de Dios

cual garganta desafiando la penumbra

que se persigna y enmudece para cambiar el rumbo.

De norte a sur viaja siempre la multitud que aguarda

concierto de presagios con olores a noticias tristes y a

muchedumbres flotando en medio del mar hondo,

naufragios de venas tibias con máscaras para la

hora de los simulacros / pretexto convertido

en piedra sumisa de tiempo oscuro allí donde no llegó la luz.

Oigo un chasquido de pies que vaticinan las fogatas/

sin banderas blancas no habrán más enfrentamientos/

un rey de bastos se transforma en tempestades que saben a palabras/

se respira desperdicios de puerto y los cañones comienzan

a derrumbar las fortalezas y los postigos vírgenes.

¿Buscaremos otros refugios?

Sobre la brisa mojada siempre quedará la tierra que no pude llevarme

mis juguetes abandonados y las esquelas que no leí por equivoco.

Mientras tanto, seguiremos frente al Río que muere de tedio

entre artículos amarillentos y señores que lanzan sus últimos suspiros

a la entrada de los puentes donde los ángeles custodian

la liturgia sagrada de la Anunciación del Nuevo Milenio.