miércoles, 29 de julio de 2015

Alina nuestra que estás en los cielos



 

Texto: Juan Carlos Rivera Quintana

 

Era la típica cubana, morocha, con una sonrisa hermosa de oreja a oreja y uno dientes blanquísimos parejos. En la vida real - no en el cine o el teatro o la televisión, cuando estaba interpretando algún personaje - se reía con desparpajo, como si quisiera alegrarte la vida. Alina Rodríguez tuvo una vida de muchos sacrificios para poder estudiar actuación. Fue una madre joven que se vio compelida a mantener económicamente  a su hijito y todo el esfuerzo para estudiar lo hizo gracias a su madre, que la ayudaba con la atención del pequeño.

 

Alina es (era) directa, hablaba sin tapujos, con una voz casi gutural y cierta aspereza de timbre, era gritona y jodedora - como toda cubana que se precie - y no admitía las injusticias ni la deshonestidad ni los chanchullos, quizás por eso muchos decían que era difícil, porque no entraba en tranzas ni en componendas de "quítate tu para ponerme yo".

 

Pensaba que a todo se llegaba con esfuerzo y sacrificio, no era para nada ventajera. Sus papeles en cine, televisión y teatro los consiguió en buena lid, en casting y luchando duro porque confiaran en ella, a pesar de su versatilidad, de su talento nato para la actuación. Raquel Revuelta fue una de las primeras que vio esa madera y potencial en ella y le ofreció un papel en el teatro y a partir de ahí comenzó su carrera actoral en serio y se le comenzó a tener en cuenta todo el tiempo, porque era la típica mujer cubana, la morocha hermosa y casi común, la ciudadana de a pie. En ella no había pose alguna, cuando no le gustaba algo que decías o algún comportamiento te miraba como si quisiera fulminarte y eso bastaba para que te lo dijera todo…. así era todo el tiempo

 

Entre sus roles más recordados en cine, porque era nuestra cara, la cubanidad del cine nacional… el emblema del cine cubano - con tan sólo nueve películas, pues irrumpió en la gran pantalla con “Otra Mujer” (1986), de Daniel Díaz Torres - estuvo la maestra, la Carmela, su última aparición en la gran pantalla, con el filme: “Conducta”,  en el año 2013, del director Ernesto Daranas. Allí fue la favorita del público cubano de adentro y afuera, por el tono de su personaje, por su confianza, porque nos seguía diciendo que todo no estaba perdido, que aún habían cosas rescatables, que había que pelear, que seguir confiando en los adolescentes y que era preciso dar la batalla, luchar contra las trabas burocráticas y los dogmas educativos de la isla, que tanto daño le han hecho a la formación y el aprendizaje. Con ese personaje recibió el premio de Mejor Actriz en el Havana Filme Festival New York, del año 2014. En 1991, había merecido igual galardón, en el Festival Latino, de New York.

 

Una vez le escuché decir, en una entrevista, que sus roles de Justa, en la telenovela “Tierra Brava” y su papel de Maria Antonia, en la cinta del mismo nombre, del año 1990, fueron los que más satisfacciones le dieron en su vida. Incluso muchos cubanos, a pesar del paso del tiempo, le seguían llamando Justa, en la calle, y ese era el nombre que ella le hubiera gustado tener: Justa, porque recordaba aquello de la Justicia, su don más apreciado.

 

El 28 de julio, en la madrugada, después de una lucha a brazo partido contra el cáncer se nos fue Alina, nuestra Alina, la de todos los cubanos… pero se quedó por siempre en nuestra memoria colectiva, en nuestra retina fílmica, en las oscuridades y la magia de una sala de cine en la isla o en el visionado desde nuestra computadora, de una película pirateada y subida a YouTube,  para quienes no seguimos viviendo allí y nos mantenemos al tanto de lo que acontece culturalmente.

 

Ayer, 28 de julio, sus cenizas fueron esparcidas, por familiares, amigos y admiradores, en la costa cercana al Restaurante 1830, en el Vedado, en La Habana, en un sitio al que ella acudía, frente al mar, para clarificar su pensamientos y limpiar su mente de obstáculos y oxigenar su alma. Ayer sus restos se mezclaron con el salitre de la isla que tanto amó y por la que tanto hizo desde la cultura. Ayer, todos rezamos por ella, por Alina… por la Alina nuestra que ya está en los cielos.