jueves, 19 de agosto de 2010

Xiomara Laugart: Una ciudadana del mundo





Considerada una de las mejores intérpretes de la actual cancionística cubana, con un registro vocal de amplia tesitura que puede incursionar en el son, la balada, la rumba, la música latina con raíces africanas, el hip-hop y hasta el jazz, Xiomara Laugart se presentará con su grupo, en la “Trastienda Club”, de Buenos Aires, el 30 de septiembre próximo, a las 9 de la noche.


Por: Juan Carlos Rivera Quintana.

En la grabación original, realizada en la sala del departamento de Xiomara Laugart, en Nueva York, se siente su risotada contagiosa, extrovertida y el acento cubano y bullanguero que no ha perdido, a pesar de tener mucho tiempo viviendo y comunicándose en idioma inglés, en Estados Unidos. Su conversación diáfana y espontánea, su alegría arrolladora - que llega por medio de un archivo de MP3, a través de Facebook, (oh, milagros de las nuevas tecnologías) - la vuelven a poner delante de mí y pareciera que no han transcurrido casi quince años de ausencia y contacto físico cara a cara, suplido sólo a través de la escucha de sus canciones en las páginas de música internacional, construidas en el ciberespacio, en este mundo globalizado, donde toda la información circula y se pueden ver hasta los videos de los artistas del mundo entero, en los escenarios más recónditos.

Xiomara Laugart, una de las voces más genuinas e interesantes del cancionero popular cubano llega por primera vez a la Argentina para presentarse en el escenario de “La Trastienda Club”, ubicado en Balcarce 460, en el barrio porteño de San Telmo, el 30 de septiembre, a las 9:00 de la noche, donde grabará también un DVD, que llevará por título: “Yo soy la negra”. Extiendo el archivo de audio y escucho su voz inconfundible, que mantiene los mismos registros vocales de contralto de sus comienzos en la Trova Cubana y el Nuevo Feeling, hace casi 25 años o más, esa que le han hecho grabar en Cuba más de una decena de discos y acompañar en diversos escenarios a artistas de la talla de Celia Cruz, Tito Puente, Pablo Milanés; Silvio Rodríguez; Omara Portuondo; Andy González; Carlinhos Brown; Ana Torrojas; Mercedes Sosa; Roy Hargrove; Jacky Terrasson, Overproof, NG La Banda, entre otros. Entonces se produce el diálogo virtual:

-¿Qué queda de aquella Xiomara Laugart que comenzó dando sus primeros pasos en el grupo de aficionados “Aconcagua”, integrado por estudiantes del preuniversitario en la Isla de Cuba; de aquella que cantaba junto a Alberto Tosca canciones que hablaban de la fe y el amor; de la que obtuvo el tercer lugar, en el Concurso de Música Cubana “Adolfo Guzmán”; de la soñadora que integró después el grupo musical “Talla Extra” y recorrió los mejores escenarios de la isla y luego decidió exiliarse y comenzar después a trabajar con el grupo “Yerba Buena”, en Estados Unidos? ¿Cuánto dejaste en el camino y cuánto todavía conservas de aquella chiquilla que correteaba por el patio de una escuela pública y vivía en un conventillo habanero?

“Yo soñé con subirme al escenario desde que tenía cinco años, cuando me paraba delante de un espejo con una suiza y los tacones de mi madre y siempre le dije a ella que iba a viajar el mundo entero porque yo pertenecía al mundo. Todavía queda mucho de esa chiquilla en mí, sólo que ahora la profecía se cumplió y viajo cantando por el mundo, pero sigo con la misma inocencia e intentando mantener las mismas emociones y me pongo nerviosa todavía cuando voy a cantar ante un público desconocido… son tan ricas esas sensaciones. Todavía queda mucho de la adolescente de esos años, que cantaba con el grupo de aficionados ‘Aconcagua’; con ‘Talla Extra’ y de mis presentaciones con el grupo ‘Yerba Buena’ como solista siempre. Sí, aún está la misma Xiomara con su capacidad de asombro ante todo, con su deseo de disfrute cuando interpreta y baila una canción popular; lo verás cuando llegue, lo verás”, insiste y se ríe a carcajadas con la picardía y el swing de la cantante extrovertida y cubanísima que es”.

- Tu paso por “Yerba Buena” fue un inmenso aprendizaje dentro de tu carrera artística, porque allí fuiste la voz principal. Ahí vimos a una Xiomara menos desinhibida en el escenario, que bailaba, cantaba muchos ritmos latinos, interpretaba sones, guarachas e incluso jazz y hasta se aventuraba con los cantos y ritmos afrocubanos. ¿Qué podrías decirnos de esa etapa?

“Esa etapa fue para todo el mundo en ese grupo de aprendizaje porque todos brindamos nuestro propio trabajo y lo unimos, eso era lo interesante de ‘Yerba Buena’, que cada uno tenía su propia personalidad, su propio estilo y su propia carrera ya formada y decidimos acoplarnos para hacer este trabajo. De esa fusión surgió el grupo con sus mezclas de música latina con raíces africanas, rumba cubana, cumbia colombiana, pana-caribeña, hip-hop, motown soul, afrobeat nigeriano y hasta una pizca de temas y sonidos de Medio Oriente. Era un conjunto multicultural de músicos extraordinarios, que retomaba los nuevos sonidos que están apareciendo en las calles de la ciudad de Nueva York. Muchos nos quedamos en el camino porque éramos demasiado buenos para continuar en una agrupación y teníamos otras aspiraciones. Mi anhelo siempre era volver a ser solista y ese grupo me sirvió como plataforma para lanzar mi carrera en Estados Unidos. Yo aprendí mucho en él porque era parte de un proyecto con sus ideas muy definidas sobre la música fusión y era tremenda responsabilidad. Pero a mí no me gusta estar en grupo, prefiero ser solista, es menos complicado, es mucho más fácil”.

- Tus presentaciones mensuales en el mítico “Zinc Bar”, de Nueva York, han sido calificadas por la prensa norteamericana y los aficionados como legendarias e impresionantes. ¿Qué sueles hacer allí, en qué géneros incursionas?

“Allí lo que hago siempre es hacerme acompañar por un trío de músicos y paso por todo el repertorio de la música cubana, voy desde los sones y la música más tradicional de la isla hasta las canciones de Pablo Milanés. También interpreto los temas de los artistas jóvenes de mi época de intérprete en Cuba, como Raúl Torres, Gerardo Alfonso, Alberto Tosca y también piezas de Meme Solís, una gloria de la música nuestra. En el ‘Zin Bar’ incursiono en el repertorio cubano y también hago una colección de obras norteamericanas. Las presentaciones se volvieron legendarias porque no había nadie que hiciera un Día Latino y yo lo hice como dos o tres años. Eso marcó una pauta, un camino para los demás cantantes y ahora el mítico centro neoyorquino tiene un Día Latino y hay muchos músicos y cantantes brasileños, argentinos, venezolanos que se presentan”.


- En el 2007 fuiste elegida para interpretar a una de las cantantes más populares de la historia de la música cubana, Celia Cruz, en el musical de Broadway: “Celia The musical”, ¿cómo te preparaste para ese trabajo que te exigía no sólo cantar, sino también dotes actorales? ¿Qué frutos te reportó ese esfuerzo desde lo artístico para tu carrera?

“Yo nunca me había desempeñado como actriz en un escenario; actúe en la Isla de la Juventud pero lo hacía con títeres para niños, o sea que no tenía que verle la cara al público. Este trabajo fue una tremendísima experiencia donde tuve que cantar, bailar y actuar a la misma vez, algo que nunca había hecho, pero fue un trabajo muy interesante y duro porque nosotros en Cuba no teníamos información de quién era en realidad Celia Cruz y lo aprendí en Estados Unidos. Hablé con mucha gente que la veía actuar, me regalaron muchos libros sobre su carrera, hablé con músicos que trabajaron con ella. Para ese trabajo me propuse no imitarla, yo sencilla y llanamente canté con mi voz sus canciones. Celia era una figura inimitable, nunca nadie se le igualará, entonces yo intenté captar e informarme de todo lo que ella había hecho en su vida: bailar, cantar y actuar e interpreté con mi propio estilo sus canciones, ese fue mi homenaje. Se hicieron paralelismos y comparaciones, en ese momento, entre nuestras carreras porque la gente y los críticos cuando comparan alivian más sus sustos, pero creo que todo venía porque ambas somos cantantes cubanas, negras las dos, pero Celia siempre será la mejor guarachera de la isla”.


- El pasado año el disco solista “Xiomara”, editado en Estados Unidos, por el sello neoyorquino Chescky Record, fue tu debut discográfico internacional, toda una prueba en ese país, donde tuviste que empezar de cero, como si recién comenzarás una carrera musical, después de tener casi 15 discos editados en Cuba. ¿Cómo fue ese recomenzar, de qué manera seleccionaste el repertorio y para quiénes estuvo concebido ese trabajo?

“El CD, que hice con Chescky Record, estuvo orientado a los latinos y americanos que no conocían quién era Xiomara Laugart. Yo escogí el repertorio del disco, con ayuda del compositor, arreglista, guitarrista y maestro cubano Octavio Kotán y su esposa Irma, en la sala de su casa y decidimos que sería muy bueno una presentación de esa manera, integrada por una selección de viejos y nuevos temas del cancionero cubano para que todo el mundo supiera quién era yo porque nadie me conocía allí, ni los americanos ni los latinos que viven en Estados Unidos. Al final, el disco que se grabó en vivo en una iglesia con un solo micrófono y todos los músicos alrededor intentando hacer las menores mezclas y toques para que fuera más original, tuvo muy buena recepción y algunos medios hasta hablaron de ‘la nueva musa cubana’. Será, quizás, porque pude demostrar los matices sensuales, íntimos y nostálgicos de mi voz y ese material ahora me sirve como carta de presentación.

“En dicho CD incluí temas de Andrés Levine y Descemer Bueno (La Llave y Siempre que te vas); de Meme Solís (Por ti y No creo); Marta Valdés (Tengo); Luís Marquetti (Plazos traicioneros); Juan Formell (De mis recuerdos y La Habana Joven) y ‘Moliendo café’, de José Manza y Hugo Blanco, entre otros”.

- Próximamente, el 30 de septiembre, se presentará tu espectáculo: “Yo soy la negra”, en la Trastienda Club de Buenos Aires, donde incluso grabarás esa noche un DVD, acompañada de un grupo, que integra incluso tu hijo ¿qué expectativas tienes con esa presentación y ese viaje iniciático a una capital tan importante para la música latinoamericana, con un público tan exigente como el porteño?

“Espero que me reciban con mucho cariño porque yo voy para allá con todo el amor del mundo, pero ya he tenido muy buena respuesta del público en el website que mi manager en Argentina, Hernán Dalbes, ha hecho para mí, donde he tenido buena aceptación de cubanos y también de argentinos que me han escrito diciéndome que van todos para allá y que le van a avisar a sus amigos para llenarme aquello.

“En el espectáculo haré un recorrido por las canciones que me hicieron popular en Cuba, como: ‘Hoy mi Habana’; ‘Que manera de quererte’; ‘Si tu te vas’ y temas de mi carrera en los Estados Unidos, como: ‘No creo’; ‘De mis recuerdos’; ‘Moliendo café’. También interpretaré: ‘Longina’; ‘La sitiera’ y ‘El manicero’, clásicos del repertorio de la música tradicional insular, entre otras. Pretendo hacer un bloque de canciones en tributo a Pablo Milanés; obras de Fito Páez, con quien he cantado en algunas oportunidades y una canción de Daniel Sartori, quien será mi telonero e invitado en el show.

“Ese viaje será bien emocionante y estoy un poquito nerviosa también porque es un nuevo mercado y un nuevo público, pero voy para allá como si les fuera a cantar a mi propia familia, para tener una nueva casa en el mundo porque así me considero: una ciudadana del mundo”.

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