jueves, 20 de septiembre de 2007

Problemas de infertilidad: Cuando la cigüeña no llega



Obra de la artista cubana Amelia Peláez.



Los problemas de fertilidad afectan entre un 10 y un 15 por ciento de las parejas a nivel mundial. A pesar de ello sólo el 6 por ciento de las uniones con problemas de concepción recibe el tratamiento adecuado.

Por: Lic. Juan Carlos Rivera Quintana
Para la Revista Ahora, la Salud


Recientemente, en Londres aparecieron más de 50 micros circulando por la ciudad y repletos de carteles con una campaña publicitaria, en la cual una pareja británica que no puede tener hijos y hace catorce años, que lo intentan infructuosamente, decidieron salir a dar la cara para pedir una donante voluntaria de óvulos.

En los afiches con sus fotos, Linda y Richard Weeks, que así se llaman los integrantes de dicho matrimonio, se preguntan: “¿Puede usted ayudarnos a tener un bebé?”. En otros afiches manifiestan: “Nunca seremos mamá y papá a menos que una maravillosa mujer de 36 años o menos nos ayude con la donación de algunos de sus óvulos. Usted es nuestra única oportunidad”.

Dicho matrimonio, residente en Kent, en el sur de Inglaterra, se sometió, sin éxito a distintos tratamientos de infertilidad en prestigiosas clínicas del mundo y ahora intentan buscar una donante para poder concebir y tener un vástago.

Y es que los problemas de fertilidad afectan entre un 10 y un 15 por ciento de las parejas a nivel mundial. A pesar de estas cifras, sólo el 6 por ciento de los cónyuges con estos problemas recibe el tratamiento adecuado, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas son personas que no pueden concebir un hijo en forma natural y sufren de “infertilidad primaria” o sea que no logran engendrar tras un año de tener relaciones sexuales sin tomar medidas anticonceptivas.

En el 2002, la OMS estimó que, como mínimo, 80 millones de parejas padecen estos trastornos de fertilidad. Pero durante el 2006, y después de un estudio realizado por un equipo de expertos en el mundo, publicado en el Revista Human Reproduction, se hablaba ya de 90 millones de parejas con dicho padecimiento. Hay cifras más alarmantes que hablan de que 1 de cada 6 parejas en el planeta tienen problemas de concepción, y de ellas, el 94 por ciento no recibe el tratamiento adecuado y especializado en problemas de reproducción humana.

Los expertos coinciden en señalar que las parejas con estos trastornos debieran consultar a especialistas de clínicas reproductivas, donde existen las técnicas más novedosas y se recibe una atención personalizada, como la que requiere la medicina reproductiva más avanzada.

¿Cuándo se debe consultar a un especialista?

Los médicos apuntan que si ya se ha esperado más de un año buscando un embarazo, es tiempo de saber cuál puede ser la causa que está perjudicando la fertilidad de la pareja. Para ellos los pacientes deberán comprender que tanto el hombre, como la mujer –integrante de esa unión – como el doctor se convertirán, a partir de ese instante, en un equipo de trabajo que perseguirá la solución de la dificultad reproductiva. Por ello se le aconseja a la mujer asistir desde la primera cita con su pareja, no sólo por la contención que se puedan brindar, sino también porque las dificultades de fertilidad atañen a ambos, y puede ser por problemas tanto del hombre como de la mujer de esa pareja.

Según plantea la Guía de Trabajo para la Concepción Asistida (ACT, según sus siglas en inglés), que intenta dar una visión global de los siete pasos que son necesarios para conseguir un embarazo es preciso perder el temor y decidirse a consultar al experto médico, dejando de lado todo remilgo o vergüenza pues los especialistas someterán a cuestionarios en profundidad y precisarán conocer, sin cortapisas, datos muy personales para la historia clínica, como el inicio de la vida sexual, las pérdidas o abortos, las enfermedades de transmisión sexual, si hubieran existido. También preguntarán y ahondarán en las relaciones sexuales actuales, en el uso de lubricantes, en la cantidad de coitos semanales y un sinnúmero de interrogantes que aportarán mayor certeza para el diagnóstico preciso. Con posterioridad, se iniciarán una serie de estudios ambulatorios, tanto para el hombre como para la mujer de la unión, que requieren de un tiempo y de determinados procedimientos. Inicialmente se comienzan con análisis de sangre, cultivos de flujo vaginal, ecografías y si estos resultados son normales se emprenden otros exámenes de mayor complejidad para evaluar el correcto funcionamiento de los ovarios, el registro de temperatura basal (para saber cuándo se produce la ovulación), biopsias endometrial (extracción de mucosa de la capa interna del útero). También puede ser necesario una radiografía del útero y de las trompas de Falopio, laparoscopias para visualizar el sistema genital interno y los órganos que lo rodean, etc.

En el hombre, se precisa de un espermograma (líquido seminal) para evaluar la cantidad, la forma, la motilidad y las características de los espermatozoides; de un test postcoital para detectar si existen anticuerpos en el organismo de la mujer que atacan los espermatozoides del hombre, de análisis de sangre para descartar la presencia de enfermedades infecciosas, que pueden estar relacionadas con la infertilidad, como la toxoplasmosis, la varicela, los herpes, la sífilis, las hepatitis A, B, C, el VIH-Sida y para evaluar los niveles de hormonas, como el estrógeno y la progesterona. Asimismo se estudiarán los cariotipos de la pareja (investigación de los cromosomas de cada uno de los cónyuges y se descartarán otras patologías. Con todas estas evaluaciones, entonces, los especialistas están en condiciones de determinar el diagnóstico final y empezar el tratamiento para lograr el embarazo, que será conseguido en alguna fase de ese proceso, de no mediar ningún impedimento orgánico irremediable.

De acuerdo con lo dicho, recientemente, a los medios, el Dr. Rafael Bernabeu, presidente de ANACER, Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida de España, que agrupa a médicos, biólogos, psicólogos y expertos en infertilidad humana de hospitales y clínicas de esa nación, los de trastornos de concepción más comunes, a nivel mundial, pueden ser causados por varios factores, no sólo por la mujer, sino también por los hombres. Estos últimos inciden en un 50 por ciento de los casos que se registran en la actualidad. Esos factores pasan por problemas de ovulación en la mujer, por alteraciones en sus trompas, por malformaciones congénitas del útero (tabiques, útero bicorne o por la existencia de tumores benignos), por incompetencias ìstmico-cervical o por adherencias que involucran a los órganos pélvicos, causadas por cirugías previas o endometriosis (focos de endometrio fuera del útero).

Entre las causas más comunes de infertilidad masculina se ubican las infecciones, la varicocele, las obstrucciones y la baja producción espermática. Todas ellas tienen sus tratamientos especializados, que van desde los antibióticos hasta la corrección quirúrgica.

Por último, entre un 5 y un 10 por ciento de los casos de parejas, que asisten a consultas de infertilidad, no se les descubre ningún factor responsable del trastorno, pero aún así no logran un embarazo espontáneamente. A esto se lo llama infertilidad sin causa aparente y son los que reciben técnicas de fertilización asistida.

La información: un primer paso

Según ha expresado en múltiples oportunidades, Isabel Panetta de Rolando, presidenta de la Asociación Civil Concebir, “existe mucha falta de información sobre el tema. Pero en Argentina es más notorio, porque al no considerar a las dificultades para concebir como una patología, falta mucha más información”. De ahí que esta ONG trabaje desde hace más de 10 años en nuestro país para concientizar a quienes padecen dificultades para conseguir un embarazo y aún no han recibido la orientación y ayuda especializadas.

Sin temor al equivoco, la desinformación, los tabúes, los miedos llevan a las cónyuges a elegir caminos que los hacen perder el tiempo, los desmotivan y desalientan. Y cuando se habla de información en estos temas no es sólo conocer las técnicas posibles que ayudan a concebir, sino también saber las distintas maneras de formar una familia en nuestra sociedad. Hay que perder el miedo a enfrentarse con la confirmación de una dificultad de fertilidad, a enfrentarse a exámenes con técnicas complejas, a medicaciones y sus efectos. En la actualidad, todo este universo es muy conocido y las terapias han demostrado su confiabilidad y poder para solucionar las más diversas y disímiles problemáticas de fertilidad.

Recientemente, una psicóloga amiga me comentaba que los problemas de infertilidad traen consigo angustias, depresiones, problemas de comunicación a nivel de parejas, miedos a lo desconocido y hasta puede ocasionar rupturas y separaciones. De ahí que sea preciso buscar ayuda terapéutica, buscar la consulta médica precoz, recabar información, contención psicológica y elaborar a lo interno las dificultades de concepción para que los cónyuges salgan más fortalecidos y unidos de estas situaciones, dispuestos a construir una familia.

Los expertos hablan de los llamados siete pasos para lograr un embarazo, que comprenden: intentarlo (tener relaciones sexuales sin utilizar métodos anticonceptivos, buscando el mejor momento del ciclo de la mujer para ovular); consultar al médico (asistir primero al medicó de cabecera o al ginecólogo, quienes informarán sobre aspectos básicos de la fertilidad); exámenes y diagnósticos (que buscan las causales de los trastornos de fertilidad); procedimientos ambulatorios (en función de los resultados de los estudios y los tratamientos por los que se opten); medicación oral (si por ejemplo, la mujer no está ovulando podrá recibir fármacos que favorezcan la producción de óvulos y se producirá en el embarazo en un lapso de entre tres y seis meses); tratamiento hormonal (si uno o los dos integrantes de la pareja tiene problemas para generar hormonas, éstas se le pueden inyectar para facilitar la producción adecuada de óvulos y espermatozoides) y técnicas de reproducción asistida, si fueran necesarias. Estos últimos procedimientos de fecundación asistida tiene entre un 15 y un 43 por ciento de efectividad y van desde el depositar con técnicas muy avanzadas los espermatozoides en el útero de la mujer, el día de su ovulación, hasta técnicas para facilitar la implantación del embrión y evitar las fallas evolutivas en el útero madre.

Ya incluso se habla de que en el futuro las parejas con problemas de fertilidad se beneficiarán de la investigación con células madre embrionarias, que tendrán aplicación clínica para la terapia celular en reproducción asistida, permitiendo que las parejas con problemas de fertilidad puedan desarrollar sus propios gametos (células sexuales masculina y femenina que al unirse en la fecundación forman el cigoto o futuro embrión), sin tener que recurrir a donantes.

Sin dudas, en un futuro no muy lejano los problemas de infertilidad masculina o femenina formarán parte de la historia familiar o personal, pero ya no serán un impedimento para la concepción de la pareja, pues existirán múltiples y diversos caminos para resolver estos obstáculos de concepción y poder decir – metafóricamente - que la cigüeña llegó al hogar en el momento más oportuno y anhelado.

En recuadro:

Siete pasos de la Guía de Trabajo para la Concepción Asistida.

1- Intentarlo
2- Consultar al médico
3- Estudios y diagnóstico
4- Procedimientos ambulatorios
5- Medicación oral
6- Tratamiento hormonal
7- Técnicas de reproducción asistida

1 comentario:

John dijo...

la información que incluyeron en el blog esta muy buena, le agradecería si algun dia pueden hacer algo parecido pero con el tema de Viagra Online..ya que muchos hacemos imvestigaciones de este tema..gracias!!